viernes, 24 de septiembre de 2010

Capitulo 14. Una imagen desconocida.

Gracias Sol por mentirme y decirme que te gusta, me hace sentir bien, segui haciendolo ;)

Capitulo 14
Una imagen desconocida.

Ya había hablado con Justin, nos iba a pasar a buscar 4:00 para que después veamos si merendamos juntos también.
Al día siguiente, los tres nos bañamos temprano y a las 3:00 nos encerramos More y yo solas en el cuarto para arreglar el tema de ropa, peinado y maquillaje.
- ¿Qué te vas a poner? -me preguntó-
- Mmm… -levanté la ropa que había preparado antes- Esto. ¿Vos?
- Esto. -me pasó un short-pollera negro, “para que cuando vayamos a los saltarines no se me vea todo”, había explicado, y una remera manga corta roja-
- ¡Te vas a morir de frío, nena! -le dije porque, aunque el día no estaba nublado, y el sol brillaba, corría un viento-
- No. Debajo del short-pollera me voy a poner esto -mostró unas medias can-can color piel (que combinaban a la perfección con todo, obviamente)-, y arriba de la remera, esto -levantó una camperita del mismo color que el short-pollera, negro-
- Genial, buena elección -le dije-.
- Liz… ¿Si te digo algo me prometes que no te enojas?- Mmm… no sé… depende… -reí- No en serio, dale, decime…
- No me gusta mucho lo que te vas a poner, es demasiado apagado y aburrido -dijo mirando las ropas grises y negras que yo había dejado sobre la cama con desprecio-
- Si vos lo decis -dije sonriendo-. Yo no soy la diseñadora acá.
Le había dicho así porque ella quiere ser diseñadora de modas y ese trabajo le va muy bien. Ella es toda una modista, combina los colores a la perfección y se podría decir que cuando ve dos colores que no van bien juntos, “le duelen los ojos”.
Pedro también tenía planes para el futuro, pero él era más soñador y tenía todo más detallado, primero, iba a irse a vivir solo ni bien pueda, iba a estudiar música y se iba a casar con Pau. Después iba a tener hijos con ella, yo estaba muy orgullosa por esa parte de su “plan”, él tiene apenas 13 años y, a su edad, la mayoría de los chicos son unos inmaduros, pero él no, ni ahí. Claro que su vida no iba a terminar así, no. Él había dicho que después de tener hijos se iban a ir los tres a vivir a Londres (Pedro, Paula y su hijito). Allí iban a criar al pequeño e iban a ser muy felices, pero su vida no terminaría así, según él, el nombre Pedro, iba a sonar como nunca entre la gente. Se iba a convertir en una superestrella. Daría conciertos, porque sería músico.
¡Dios mío! Ni yo (que estoy más cerca de tener que elegir una carrera que ellos) sé que quiero ser cuando sea grande. Esa era, secretamente, una de mis mayores preocupaciones. ¿Qué voy a ser cuando sea grande? Todavía no tenía idea alguna.
- Entonces… ¿Qué me recomendás que me ponga?
- Sin dudas te tenes que poner un mini-short de jean, tus piernas se lucen muchísimo más con jeans.
- ¿Y abajo del short? -pregunté-
-¡Obvio! Tus medias fantasía…
- ¿¡Qué!? Ni loca, me las compré para una fiesta de disfraces, no para usarlas en serio.
- No importa. Te quedan divinas y te aseguro que las chicas con medias fantasía derriten a los chicos, son sexys y misteriosas.
- ¿Lo dijiste a propósito no? -pregunté sonriendo- Sabes que yo no me resisto a la palabra misterio y la dijiste para atraerme. ¡Qué mala! -le dije-
- Cierto, lo dije por eso y porque es verdad, sí son misteriosas.
- Bueno, las uso y también el short, pero… ¿y que remera?- Ayy amore, eso ya lo tenía pensado; la musculosa roja que tanto amas para darte el gusto y arriba esta camperita hermosa… -me dio una camperita gris, muy linda-
- Está bien. Puedo notar que estas metiendo a mis tres colores preferidos; rojo, negro y gris, ¿es a propósito?
- Claro que sí. Si no te gustan los colores de las prendas es imposible que te guste la combinación, ¿entendes? Así funciona todo. -dijo-
- Ahh. -abrí el placard (estábamos en nuestra habitación así que teníamos todo ahí) y saqué el short y las medias-
- No te vas a salvar, ¡agarrá el maquillaje! -dijo ella-
- Está bien -dije resignada y saqué del placard también la polvorienta caja de maquillaje-. ¿Qué me voy a poner en los pies? -pregunté dándome cuenta que era lo único que faltaba ver-
- Te voy a dar el gusto de dejar que te pongas las Converse negras que tanto amas…
- ¡Gracias! -le dije feliz-
- Ahora, dale, andá a vestirte.
- Nooo, me voy a cambiar acá.
- Ok, yo también.
Nos pusimos la ropa y llegó la hora del maquillaje y el peinado.
Agarré la caja de maquillajes.
- Genial, vení. Como además de diseñadora quiero ser maquilladora y peluquera, hoy te voy a arreglar yo.
- Ok. Me entrego. De todas formas, seguro lo vas a hacer mejor que yo. -reímos mientras ella tapaba los espejos y yo me sentaba en una silla y cerraba los ojos para que me pinte y yo no vea con qué-
Sentí algo pegajoso y dulce en los labios.
- Esta es una gran característica tuya -dijo mientras me pasaba el labial por la boca-
- ¿Cuál? ¿La de cerrar los ojos bien? -pregunté aguantando la risa para no moverla-
- No, tonta. -rió- La de tener esos labios gruesos y carnosos, son envidiables. Lástima que no los estrenaste.
- No te zarpes hermanita. -le dije como pude-
- Ok… ok… -terminó de pintarme los labios-
Traté de abrir los ojos cuando no veía, pero me vio y me los hizo volver a cerrar.
- Ahora los ojos -susurró y sentí algo suave en el párpado- Che, el delineador pasátelo vos que yo no puedo ¿sí?
- Bueno -acepté-
Después me puso algo en las pestañas (rimel, supongo).
- Hermana, sos una princesa -dijo al terminar, mirándome como si fuera un cuadro en exposición-
- Genial, porque Justin es un príncipe -sonreí-
Reímos.
- Ahora toca peinado. -dije-
- Eso es extremadamente fácil. Ya tengo algo pensado para vos -dijo-.
- Ok. Me entrego a tus manos.
- Genial, vas a quedar mejor todavía.
- Como digas…
Olí cremas y escuché sonidos de tapas abriéndose y cerrándose, y hasta un enchufe.
- ¿Qué me estas haciendo?
- Ya vas a ver... -dijo-
- Mmm… bueno… -dije con desconfianza-
Cuando terminó dijo:- Bueno, creo que ya es momento de que te veas en el espejo y me digas que te parece tu nuevo look ¿Sí?
- ¡Sí, estoy emocionada!
- Uno… Dos… Y… ¡tres! -dijo levantando la toalla que había dejado tapando el espejo-
- Waaaw… -fue lo único que pude decir, porque la imagen que me devolvía el espejo no me sonaba conocida-
- ¿Y? ¿Te gusta? -preguntó-
- Morena… me… encanta… waaaw… -volví a decir, sin poder reaccionar-
Estaba realmente muy hermosa:
El mini-short de jean con las medias fantasía abajo y mi musculosa roja con arriba esa camperita gris. Me había maquillado tan bien que parecía que en serio me había maquillado un profesional. Tenía los labios prolijamente pintados de un color transparente y con brillo, y mis ojos verdes resaltaban de negro, con sombra negra, rimel negro y el delineador negro que yo acababa de ponerme. Yo tenía la suerte de tener un cutis perfecto, sin ningún grano, lunar o peca. Y el peinado era perfecto como el resto, me había hecho ondas. Como mi pelo era largo y castaño claro, las ondas me vinieron muy bien. Quedaban geniales con todo el resto del conjunto. Aun no podía creer que esa era yo. Tan arreglada. Tan… hermosa.
- Estoy verdaderamente genial -le dije muy sonriente a mi hermanita que sonreía victoriosa-.
- Gracias.
- No. Gracias a vos -dije-.
Todavía no había reparado en su atuendo. Se había puesto el short-pollera negro con las medias can-can color piel arriba y la remera rosa manga corta que quedaba genial con la camperita negra que había elegido. ¿Maquillaje? Sí. Sombra rosa pálido y delineador negro. El peinado era igual al mio, bucles. Con la diferencia de que ella tenía el pelo rubio y sedoso de mamá y yo la cabellera castaña clara brillante de papá.
- Dos princesas -dije-.
- Dos reinas -me corrigió ella sonriendo-.
- Exacto -le sonreí-. Ayy! Es hora. Son las 3:55, vamos con Pe.
- Dale, vamos.
Fuimos con mi hermano que, a diferencia de nosotras, estaba desprolijo con sus jeans, su remera negra y su campera del mismo color. De todas formas, esa ropa le daba pinta de rocker y eso le quedaba muy bien.
- Mis chicas están hermosas -sonrió mirándonos de arriba abajo varias veces-.
- Nuestro chico está genial -le sonreí-.
Tocaron el timbre y antes de que alguno de los dos psicóticos vayan a abrir, corrimos a la puerta.
Al abrirla un Justin sorprendido me miró de arriba a abajo varias veces.
Capitulo 15, adelanto.
- Está bien… Pero que conste que sé que ocultas algo, eh -le dije-.
- Bueno… -dijo extrañado-
El viaje siguió en silencio, él cada tanto me miraba y me sonreía y yo hacía lo mismo.

La verdad que el 15 es corto y no hay mucho que adelantar, conformense con eso :P

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