martes, 30 de noviembre de 2010

Capitulo 40. Hacer esto resulta tan difícil...

El miércoles y el jueves no voy a subir nada. No puedo.

PD: Ojito que ese cap es triste u.u
PD2: Visiten el blog atrevida-cami.blogspot.com de una amiga. Hay una novela recién empezada, hasta el capitulo 2, pero que está muy buena.
Capitulo 40
Hacer esto resulta tan difícil…
- Limítate a contestar mi pregunta. ¿Sos feliz?
- Sí, claro que sí, ¿vos?
- También. Tengo todo lo que puedo pedir.
Me hubiera gustado poder contestar “igual yo”, pero no era así. Aunque sí era feliz, podía pedir unos buenos padres, y, sin dudas, a Justin.
- ¿En que pensabas? -preguntó-
- Eh… bueno, en lo que va a pasar mañana. Creo que tal vez haya que cancelarlo, puede ser perjudicial.
- ¿Perjudicial? ¿Para quién?
- Para nuestra relación, para la de ellos. Para mi… amistad con Justin.
- ¿Por qué lo sería? Somos dos parejas saliendo juntas, solo eso.
- Sí, pero… no sé… va a ser raro -inhalé profundo-. Cuesta decir esto, pero lo tenes que saber: Justin interpretó un papel muy importante en lo que yo quería que sea mi futuro amoroso. De hecho, estaba completamente enamorada de él antes de conocerte.
Él trago con un ruido. Me pregunté si le habría dolido más de lo que demostraba.
- Justamente, no quiero que él sea importante en nuestro funcionamiento. Él no tiene nada que ver con nosotros -ahora su voz era solo un susurro y sus ojos (que miraban para el piso para no encontrarse con los míos) no podían ocultar del todo su tristeza-. Yo… -se aclaró la garganta- te quiero, mucho. Más que a nadie que haya conocido antes, quiero que lo sepas. Y no me importa si antes te gustaba o no. No quiero que eso sea un problema para nosotros. No quiero depender de él, pero si vos me decis que seguis un poco enamorada de… -volvió a tragar estruendosamente- lo voy a aceptar. Te voy a dar todo el tiempo que necesites. Siempre voy a estar ahí para vos, aunque lo elijas a él. Siempre.
- No quería que lo sepas de esta forma, Jeydon. Quería decírtelo bien, pero… ¿Hay alguna forma para hacer que esto duela menos? No lo creo.
- Entonces… ¿Eso es un sí? -me miró a los ojos y vi el dolor marcados en estos- ¿Te gusta él? ¿Lo queres?
- No tanto como a vos.
- Pero algo sí.
- Algo… -en sus ojos se reflejo un enojo que debería haber esperado- Oh, perdón JeyJey, lo siento mucho. Es un error mío, perdón, no quería que vos sufras, para nada. Perdón, perdón, perdón. Si preferís no volver a verme, lo entiendo. Pero no me odies, te lo ruego, no me odies tanto como me merezco -pedí con un nudo en la garganta-. Perdón. No me odies tanto como me merezco, por favor.
Me miró confundido.
- No te odio -sonrió sin alegría-, más bien lo contrario, Lizlee. Claro, sí me duele que no me quieras tanto como yo a vos y me quieras tanto como a otro chico. Sí me molesta que no me lo hayas dicho en este tiempito que llevamos juntos -me miró con cara de reproche y sacudió la cabeza-, pero no estoy enojado con vos. Me pasó lo mismo hace un tiempo con una chicas que se llamaban Lily y Jessica -de repente, esos nombres me parecieron los más horribles del mundo-.
- ¿Eran lindas? -interrumpí-
- Sí, creo… pero vos más.
- Describímelas -pedí-.
- Si eso es lo que queres… -se encogió de hombros, restándole importancia, y me hizo sentir un poco estúpida- Lily es brasilera, tiene la piel oscura, el pelo negro y unos ojos verdes gigantes. Jess -odié la forma en la que dijo su nombre- es rubia, su pelo dorado le llega como por la cintura y tiene los ojos marrones.
- Dame una pista -rogué-. No sé como hacerlo.
Paramos atrás de un árbol y entrelazó sus dedos con los míos.
- Tenes que escuchar a tu corazón.
- ¿Vos también? -pregunté entre dientes-
- ¿Qué?
- Jane me dijo lo mismo.
Él rió.
Capitulo 41, adelanto.
Me pasó los brazos por la cintura y me besó. No supe si era como un beso de despedida, o para aprovechar, o porque lo necesitaba o qué. Pero tenía un gusto triste, deprimente. Creí sentir algo húmedo en mi mejilla. Me separé del beso.
El próximo es cortísimo así que no hay más que eso para adelanta :P

lunes, 29 de noviembre de 2010

Capitulo 39. ¡No voy a romperme en el camino!

Es verdad que hace mucho tiempo que no subo ningún capítulo y les pido disculpas, pasa que estuve con pruebas, y problemas, y etc.
Pero volví. Y ahora les subo el 39.
Prepárense que el 40 es un capitulo fuerte...


Capitulo 39
¡No voy a romperme en el camino!

- ¡Chicos! -su mirada cambió cuando nos vio-
- Hola Jane.
- ¡Hola!
Ella rió.
- Jack se fue a comprar pochochos y bebidas. Me condenaron a usar esta boina para siempre.
Nadie necesitó preguntar para saber por qué lo decía. De eso veníamos hablando en el camino. De el cuidado excesivo. Por lo que entendí, Jack le había llevado el gorro para que protegiera a su pelo del sol.
- Hola Jey, hola Liz -saludó Jack llegando, yo ya era como de su banda de amigos, genial-. ¿Cómo estan?
- Bien -contestamos al mismo tiempo-.
- ¿Que peli vamos a ver? -pregunté-
- No me acuerdo. Se llamaba algo con desierto o algo por el estilo, pero no puedo acordarme como exactamente -respondió Jack y miró a Jane que negó con la cabeza-.
- Yo tampoco me acuerdo.
- No importa.
- Claro que no.
- Bueno, vamos entonces. Vamos a llegar tarde -dijo Jeydon-.
- No, la película empieza en media hora -dijo Jane-. Pero mientras podemos hacer algo divertido, allá afuera.
- Pero… es un día muy soleado… -Jack no estaba seguro-
- Oh, vamos… -se quejó Jane- No soy de porcelana. ¡No voy a romperme en el camino!
- Es que… mira ese sol… -trató de convencerla-
- ¿Me estas hablando en serio, Jack? ¡Esta nublado! Lo podes ver, no hay un sol tremendo. Solo unos simples rayitos, voy a estar bien mi amor -le dio un besito y salió de cine dando pequeños saltos-.
Miré a Jack y le guiñe un ojo, intentando darle confianza.
- Ella está bien y se está tomando esto mucho mejor que otras veces. Aceptó el gorro que le diste, ¡no la tortures más, hermano! Tiene razón, afuera no hay mucho sol -dijo Jey-.
Asentí con la cabeza, dando a entender que estaba de acuerdo con él.
- ¿Entonces hay que esperar que le pase algo malo para empezar a tomar conciencia? -preguntó Jack, como cansado, y también algo alterado-
- No, pero dale espacio. No le gusta que se preocupen mucho por ella, ya lo sabes.
- Sí, perdón. “Sabe cuidarse sola”, ni me lo digas.
- Ahora vamos a disfrutar de este lindo día… -dije dando por cerrada la conversación- ¡Vamos con Jane!
Jeydon sonrió y Jack puso los ojos en blanco y se mordió el labio, como un nene encaprichado. Después sonrió y fuimos todos con Jane para afuera, que se había sentado en un banco y miraba sonriente (como siempre) a un pajarito que estaba por ahí volando.
Jack corrió con ella y Jey me dio la mano y los dos fuimos hacia donde estaban ellos caminando lentamente.
- ¿Sos feliz? -su pregunta me tomó por sorpresa y lo miré extrañada-
- ¿Por qué no lo sería?

Capitulo 40, adelanto.

- ¿En que pensabas? -preguntó-
- Eh… bueno, en lo que va a pasar mañana. Creo que tal vez haya que cancelarlo, puede ser perjudicial.
- ¿Perjudicial? ¿Para quién?
- Para nuestra relación, para la de ellos. Para mi… amistad con Justin.


- No quiero depender de él, pero si vos me decis que seguis un poco enamorada de… -volvió a tragar estruendosamente- lo voy a aceptar. Te voy a dar todo el tiempo que necesites. Siempre voy a estar ahí para vos, aunque lo elijas a él. Siempre.
- No quería que lo sepas de esta forma, Jeydon. Quería decírtelo bien, pero… ¿Hay alguna forma para hacer que esto duela menos? No lo creo.
- Entonces… ¿Eso es un sí? -me miró a los ojos y vi el dolor marcados en estos- ¿Te gusta él? ¿Lo queres?- No tanto como vos.
- Pero algo sí.- Algo…

miércoles, 24 de noviembre de 2010

··Jelow··

A ver, chicas.
Que vote alguien más, por favor!
No es que me vaya a guiar un 100% por lo que respondan en la encuesta, pero necesito que alguien me la desempate... POR FAVOR.
Son 10 minutos, chicas, please.
Bueno, un beso, ahora subo el próximo cap.

martes, 23 de noviembre de 2010

Capitulo 38. Albinismo.

Perdón pero hoy va sin adelanto, chicas.
Capitulo 38
Albinismo.

- Te quiero.
Reí.
- ¿Ah sí? ¿Cuándo llegaste a esa conclusión? Yo también te quiero -rodeé su cuello con mis brazos y lo besé, pero una pregunta invadió mi mente-.
¿Y yo…? ¿Cuándo había llegado a esa conclusión?
- Siempre lo supe -contestó-.
Un minuto de silencio.
- JeyJey, tengo una duda.
Frunció el ceño.
- Pregúntame lo que sea.
- Es sobre Jane y…
Él sabría a qué me refería.
- Oh.
- Sí, oh. ¿Qué tipo de albinismo tiene? -recordé vagamente que había visto a una chica albina en una película y que me había parecido fascinante, así que había querido investigar un poco de eso en Internet. Supuse que siendo su mejor amigo, lo sabría y sabría todos los riesgos y etcétera-
- Albinismo oculocutáneo tipo 1. OCA1. Es el más frecuente de todos, pero aun así, no es nada frecuente ningun tipo de albinismo. Pero, además de cualquier burla que puedas llegar a enfrentar, tiene sus defectos; agudeza visual disminuida, visión estereoscópica reducida, y, claro, el tener que estar protegiéndote de sol todo el tiempo.
- Aun así no puedo entender por qué lo odia tanto. Ella es hermosa.
- Sí…
- ¿Sí qué? -pregunté-
- Sí lo es, y sí, lo odia. Una vez, salimos con ella y con Jack y unos chicos la miraban fijamente, todo el tiempo, habíamos ido al cine. Ella estaba convencida de que no la miraban a ella, pero yo y Jack estábamos casi seguros de que la miraban; sí la estaban mirando. Pero creímos que era por su belleza. Jamás nos habríamos imaginado que era por su albinismo -se encogió levemente al decir la palabra, pero intentó hacer que yo no lo note sin ningun éxito-. Descubrimos que la miraban por eso cuando uno de ellos se acercó y le preguntó “por esa cosa horrible que le pasaba a su cuerpo”. Estaba ebrio. Ella contestó que era albina y se puso a llorar. Esa fue la primera vez que nos dimos cuenta lo mal que la hacía sentir su condición.
Se me escapó un gruñido.
- Sí, ya lo sé -dijo él-. Es odioso. Pero ella vio una frase en Internet que decía “¡El albinismo limita, pero no impide!” y decidió no dejar que eso le duela, porque por mucho que intentábamos convencerla de que no era nada malo, ella no nos hacía caso. Cuando vio eso fue que recapacitó.
- Menos mal. ¿Y Jack…?
- ¿Qué?
- ¿Cómo lo lleva?
- A Jack le encantaría “eso” si no fuera porque ella lo odia, y, obviamente, a él no le va a gustar nada que ella odie. A él le encanta cuidarla como si fuera un bebé, pero sé cuanto le duele que ella sufra. Los días de sol Jack puede resultar insoportablemente cuidadoso, hay veces que hasta a Jane le molesta -rió entre dientes-. Resulta un poco obsesivo, pero lo entiendo. Con un mínimo rayito de sol se desespera y le lleva miles de cosas para que se tape. Y creo que tiene razón. Él solo intenta cuidarla, pero a ella le molesta que la cuiden tanto, dice que la hace sentir inútil -puso los ojos en blanco, mostrando su desacuerdo-.
- ¡Más vale! -la defendí-
- ¿Cómo que “más vale”? ¡Tiene que cuidarse!- Y lo puede hacer sola. Puede cuidarse sola.
- ¿Vos no estarás celosa…?
Esa idea me repugnó, ¡claro que no! Ahora que la conocía, no. Aunque claro que tendría excusas para hacerlo si lo necesitara.
- No sabes de lo que hablas, Jeydon.
- Perdón, perdón. Pero es que entonces no entiendo.
- Nos hacen sentir inútiles, como ella dice. Podemos solas con todo lo que tenemos que hacer. Es que ustedes son los fuertes, los inteligentes, los que pueden hacer todo al mismo tiempo… ¿Y nosotras? Dicen que somos débiles, quebradizas, frágiles… ¡frágiles! Imaginate como se siente ella con eso de frágiles. Si dicen que yo soy frágil, ¿Qué van a decir de ella? Debe estar harta de que no la dejen hacer cosas por ella misma. Claro que la entiendo.
- ¿En serio es así?
- ¿Por qué te mentiría?
- No lo sé.
Cuando me di cuenta, estábamos en frente de un cine.
Jane estaba sentada en un banco, con las piernas cruzadas, una remera manga tres cuartos azul Francia, unos jeans rasgados y una especie de boina grisácea. Se había pintado los labios de rojo y sus ojos claros tan marcados con negro miraban resignados e impacientes a la puerta de entrada.

Just like a fairytale II

Con que una persona lo lea para mi está bien.
Es definitivo, creo.
Ya empecé a escribir Just like a fairytale II (la segunda parte) y va bastante bien, pero... ¡es muy diferente a esta primera parte!
O sea; en la segunda parte, la historia no es narrada desde el punto de vista de Elizabeth... sino desde la perspectiva de Jane. Ok, es un cambio muy grande, pero resulta interesante, les juro.
No va a empezar desde el momento que ustedes conocen, sino bastante antes. No es la historia de Liz con Justin, o Jeydon. Es su historia con Jack y... los personajes que aparecen después.
Ya van a ver.
Espero que cuando la ponga les guste...
Es un cambio grande, sí, pero vamos a probar...
Si no les gusta, me avisan y listo, pero rápido, así tengo tiempo de escribir una segunda parte sobre Liz. ¿Ok?
Un beso, Pau.


PD: ¡¡Sean sinceras!!

PD2: No sé por qué sigo hablando en plural si solo lo lee una persona... :S

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Capitulo 37. Mi mejor amiga.

Les pido perdón a mis fieles seguidoras por no subir nada en tanto tiempo. Pero estuve escribiendo y... ¡lo terminé! Listo. Teeerminada.
El final puede ser algo decepcionante, pero... no sé. Creo que (aunque no es el MEJOR) está bueno, lindo. Díganme si quieren segunda parte, besos.

Capitulo 37
Mi mejor amiga.

Desperté gritando, y con lágrimas en los ojos.
- ¡Liz! ¡¿Lizlee, mi amor, estas bien?! -gritaba alguien, ya no en sueños-
Reconocí su voz y vi (algo borroso, por las lágrimas) como él se acercaba a mi.
- Sí -respondí, pero la voz me delató, ya que se quebró mientras caían todas esas lágrimas contenidas-. Estoy bien.
Acerqué mi cabeza a su pecho y a él no le importo que lo estaba empapando y me envolvió con sus brazos.
- ¿Seguro que estas bien? Contame qué pasó.
- Nada, fue una pesadilla.
- ¿Y qué pasaba en la pesadilla? -preguntó casi desesperado… como en mi espantoso sueño-
- Yo estaba en el bosque corriendo y se escuchaban unas voces desconsoladas que me llamaban -no podía contarle toda la pesadilla sin revelarle que sentía algo por Justin-. Era insoportable.
- No te preocupes, ya está todo bien. Estas conmigo y te quiero, ¿escuchaste?, te quiero, mucho.
- Yo… -sollocé- también…
- Bueno, bueno, ya estas bien, mi vida, a salvo.
Nos quedamos callados.
- ¿Por qué viniste?
- Por nada, pasaba por acá y te vine a ver, y cuando llegué y te vi llorado, bueno… acá estoy. ¿Estas bien?
- Sí, ahora sí -dejé de llorar y me limpié las lágrimas-. ¿Salimos? ¿Vamos al cine?
- Vamos.
- ¿Podemos ir con Jack y Jane? Si queres, claro…
- Sí, sí. Vamos con ellos. Pero esta vez, no nos dividamos en grupos, ¿ok?
- Obvio. Hoy te quiero cerca de mí.
- ¡Genial! Bueno, voy a llamarlos.
- No, vos llama a Jack, yo llamo a Jane.
Me miró con el ceño fruncido y después sonrió.
- ¿En serio te cae bien?
- ¡Sí! Aunque ella no a mi, yo la considero mi mejor amiga, sin dudas.
- ¿Me… mejor amiga? -tartamudeó-
- Sí. El otro día la llame para pedirle consejo.
Sus ojos se abrieron como platos y agarró su celular y marcó un número.
Me encogí de hombros, agarré el celular y marqué el número de Jane.
- ¡Aló! -rió ella-
- Aló -le respondí riendo-.
- ¡Lizzie!
- Sí -volví a reír-. Te quería invitar al cine conmigo y con Jey y ahora él está llamando a Jack.
- Ah, genial. Claro, voy. Pero… ¿Qué vamos a ir a ver?
- No sé… No lo había pensado. No importa, cuando lleguemos vemos.
- Sí, sí.
Minuto de silencio… cómodo.
- Jey se quedó duro cuando le dije que te consideraba mi mejor amiga.
- ¿Me consideras tu mejor amiga? -preguntó… y parecía sorprendida-
- Claro, sí. Si no no te hubiera contado esas cosas y tampoco te hubiese pedido consejo, amiga mía. ¿Tan increíble es?
- Y… un poco. No te enojes. Pero no sé si te considero una de las diez personas más sociables. Ahora sí, vos sos mi mejor amiga, de todas mis amigas, la mejor, sin dudarlo.
- ¡AAA! -grité no muy fuerte, de emoción y alegría-
Ella rió.
- Mi mejor amiga -dijimos al unísono-.
Otro silencio cómodo.
- Bueno, creo que tenemos que ir ya para el cine -dijo ahora ella sola-.
- Cierto -afirmé-. Nos vemos en… -Jey (que ya había cortado) me hizo señas- …el que está cerca de la casa de Jey.
- Ok, nos vemos. Byee!
- ¡Chau!
Corté.
- Jack viene.
- Jane también.

Capitulo 38, adelanto.

- Lo puede hacer sola. Puede cuidarse sola.
- ¿Vos no estarás celosa…?
Esa idea me repugnó, ¡claro que no! Ahora que la conocía, no. Aunque claro que tendría excusas para hacerlo si lo necesitara.
- No sabes de lo que hablas, Jeydon.
- Perdón, perdón. Pero es que entonces no entiendo.

- ¿En serio es así?
- ¿Por qué te mentiría?
- No lo sé.
Cuando me di cuenta, estábamos en frente de un cine.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Capitulo 36. Un sueño espantoso.

Estoy en graves, graves, gravísimos problemas.
Tampoco tanto, en realidad.
Los capitulos preescritos se me están terminando, porque hace mucho que no escribo. Es un lío, voy a tratar de escribir más, pero no sé.. paciencia.
Por otro lado; esta novela ya está terminando y necesito que me digan si quieren que escriba una segunda parte.

Capitulo 36
Un sueño espantoso.
Saqué mi libreta (en la que, de hecho, hace mucho no escribía) y una lapicera azul y escribí:
Estos son los problemas de ir con Just, Jey y Caitlin a cenar mañana:
1. Probablemente me ponga celosa cuando Justin bese o algo a Caitlin.
2. Sinceramente… sé que Jey me quiere de verdad, pero me da miedo que pueda llegar a enamorarse de Caitlin. Después de todo, yo la conocí, y sí que era hermosa. Toda una supermodelo.
3. También temo que Jey descubra que le mentí y que sí me gusta Justin, un poco.
4. Tal vez si veo a Justin me siento peor de lo que me siento ahora. Eso sería malo.
5. Y la quinta y más importante: voy a tener que contarles que… ¡hay otro! Aunque no sea tan así, porque ya están como enterados.
Dejé el cuaderno. Los párpados me pesaban, me quedé por completo dormida en menos de 15 minutos.

Corría y corría sin ninguna dirección entre los árboles de ese gran bosque vacío y silencioso, pero no podía parar. Sentía miedo, miedo de moverme, pero aun así, corría. En realidad, lo que hacía era escaparme de ese monstruo tan monstruoso que me perseguía, o eso supuse. Pero… ¿Qué tipo de monstruo era? ¿Un cíclope que quería matarme? ¿Un gigante gigantesco que lo único que deseaba era aplastarme? ¿O un…?
No tuve tiempo de terminar esa idea porque escuche unos pasos, cuatro exactamente, dos respiraciones y dos latidos… ¿Es que realmente podía escuchar los latidos de dos corazones? ¿O había enloquecido? Los latidos los escuchaba, eran más acelerados de lo común, sin dudas debían de haber sido ellos (eran dos, obviamente) mis monstruos monstruosos.
Involuntariamente paré en seco. Mis piernas se detuvieron por completo y contuve la respiración, con miedo. Me di vuelta lentamente para quedar cara a cara con ellos…
…pero no fue así. Allí no había nadie. O… nadie a la vista.
- ¡Liz! -escuché un grito desesperado desde la una punta (muy alejada) de ese bosque baldío-
- ¡Lizlee! -se escuchó una segunda voz, también desesperada, desde la otra punta del bosque-
- Vení para acá -pidió una de las voces-.
- Te conviene venir para acá -recomendó la segunda-.
- ¿Quiénes son? ¿Dónde estoy? -pregunté gritando, y avergonzándome cuando noté que había roto el silencio por completo-
- Para acá, vení para acá, Elizabeth -una de las voces me llamó desesperada, aun más que antes-. Yo no te voy a hacer daño -ese “yo” me llamó la atención… se supone que nunca tenes que ir con una voz que te dice que no te va a hacer daño, es lógica televisiva, ¿es que no había visto películas suficientes como para saber qué hacer y qué no? Después de todo, le creí y caminé hasta donde creí que estaba la voz que me había llamado- Bien, sí, bien, por acá…
Seguí caminando, desafiando a mi suerte.
Pronto estuve mirando a la cara a esa voz sin cuerpo.

- ¿Jus… Justin? -pregunté, no del todo segura-
- Sí, soy yo -respondió con voz áspera e insegura-.
- ¡¿Qué te pasó?! - estaba realmente asustada, porque él lucía pésimo-
Pero pésimo de verdad. Tenía los bordes de los ojos rojos, como si hubiera estado toda la tarde llorando. Su ropa estaba destruida, como si hubiera estado corriendo por ahí y durmiendo acostado en la tierra. Y eso no era lo peor, las peores cosas eran los rasguños que tenía en todo el cuerpo y los caminos por los que habían pasado las lágrimas. Estaba pésimo.
- Nada -respondió con amargura-.
Levanté una ceja.
- ¿Nada?
Asintió con la cabeza.
- Justin… estas… -¿cuál sería una palabra correcta?- desastroso.
- Ah, sí. Estuve corriendo por el bosque -le restó importancia-.
- ¿Y por qué lo decis así?
- ¿Así cómo?
- Tan… tranquilo…
- No, es que ya sabes el motivo.
- Recordámelo -no tenía sentido discutir con un Justin tan testarudo-.
- Te estuve siguiendo, claro. Es que te escapaste de la realidad. Pero eso no importa, lo que importa es que ahora estas conmigo y solo conmigo y vamos a estar juntos hasta el final de nuestros días.
- ¿Nosotros? ¿Juntos?

- Sí, ¿no es lo que querías?
- ¿Quién era el de la otra voz? -pregunté desesperada-
- Ese tal Jeydon. Pero vos tuviste que efectuar una elección y me elegiste a mi. Él planea matarse, dice que sos su todo, que la vida no le importa sin vos, igual que a mi.


Capitulo 37, adelanto.

- ¿Seguro que estas bien? Contame qué pasó.
- Nada, fue una pesadilla.
- ¿Y qué pasaba en la pesadilla? -preguntó casi desesperado… como en mi espantoso sueño-
- Yo estaba en el bosque corriendo y se escuchaban unas voces desconsoladas que me llamaban -no podía contarle toda la pesadilla sin revelarle que sentía algo por Justin-. Era insoportable.

- Sí, ahora sí -dejé de llorar y me limpié las lágrimas-. ¿Salimos? ¿Vamos al cine?
- Vamos.
- ¿Podemos ir con Jack y Jane? Si queres, claro…
- Sí, sí. Vamos con ellos. Pero esta vez, no nos dividamos en grupos, ¿ok?
- Obvio. Hoy te quiero cerca de mí.

martes, 9 de noviembre de 2010

Capitulo 35. ¿Así se siente tener buenos amigos?

Acá todo el mundo sabe lo que es ser albino, verdad?
Bueh... por si no entendieron. Jane es albina, que es una enfermedad en la que uno carece que pigmentación en la piel, así que es súper blanco de lo pies a la cabeza, y exponerse al sol les hace mal.

Capitulo 35
¿Así se siente tener buenos amigos?

Era increíble. Tenía novio. Uno lindo, bueno, comprensivo, inteligente… perfecto. Pero seguía queriendo a mi amigo. Es que sí, él también era lindo, bueno, comprensivo e inteligente, ¿Cómo no hacerlo? Y pensar que hace unos meses me preguntaba por qué nos preocupábamos por el amor, si nunca dura… Debo admitirlo, les debo todo a Justin y a Jeydon. Aun así, ellos me estaban matando. ¿Por qué tenían que ser tan perfectos?, me pregunté, mientras descubría que había una lagrima cayendo de mi ojo.
Estaba segura que tendría que aclarar las cosas en algun momento. No podía vivir enamorada de dos chicos, y, mucho menos, ellos no podían sufrir por mi culpa. Ellos iban a enterarse en algun momento que había un “otro”, aunque claro, Justin ya sabía y Jeydon lo sospechaba. Pero se los tenía que decir de frente, y cuanto más tardara en hacerlo, más dolería al final.
Decidí llamar a Jane, Jeydon me había pasado su número al final. Era probable que a ella le molestara que yo estaba “jugando” con Jeydon (aunque en realidad también estaba enamorada de él, no lo estaba usando), pero necesitaba hablar con una chica y ella era mi única amiga.
- ¿Hola? -atendió, y en su voz pude percibir que estaba sonriendo, como siempre. Ella era la persona más alegre que había conocido, aunque su albinismo no le gustara, sabía sobrellevarlo y ser feliz-
- Hola, ¿Jane? Soy Liz.
- ¡Hola, Liz! ¿Cómo andas, amiga? No esperaba tu llamado, que linda sorpresa -parecía de verdad contenta-.
Pero el “amiga”, me sorprendió más que el resto. Sí, yo ya la consideraba eso.
- Eh… gracias. ¿Tenes tiempo para que te cargue con mis problemas o estas haciendo algo?
- No, nada -ahora su hermosa voz, parecía más preocupada-. ¿Muchos problemas? ¿Qué pasó? Contame. Siempre tengo tiempo para mis amigas, y vos sos una de ellas.
- Sí, pero… ¿seguro que no estas haciendo nada importante?
- Seguro, seguro, no te preocupes.
- Bueno… te pido que no te enojes.
- ¿Por qué lo haría?
- Es que… hoy hablé con Justin, un amigo mío, y… me gusta. Me di cuenta que lo sigo queriendo tanto como cuando no estaba de novia con Jeydon y eso es un gran problema, porque si hay algo que no quiero es que alguien tan bueno como Jeydon o Justin sufra. Jamás sería capaz de perdonarme si lastimo a alguna de esas dos personas tan maravillosas.
- Te entiendo.
- Sí, lo siento, es que… ¿Cómo que me entendes? -pregunté escuchando bien lo que ella había dicho-
- Sí, te entiendo. Yo sé que no queres lastimar a Jeydon, y sé que creías que me iba a enojar por que te guste otro chico además de mi amigo. Y no temo que vayas a lastimarlo, porque se que queres mucho a Jey y no le harías algo malo.
- Sí, pero mi miedo es hacerle algo sin querer.
- Ah… Bueno, creo que mi consejo sería que aclares las cosas y te decidas por quedarte con el chico al que más queres…
Su ayuda no estaba ayudando.
- ¡Es que no se a cual de los dos quiero más! -grité en voz baja tristemente, mientras las lagrimas volvían a caer de mis ojos-
- Cariño, ya sé que te sentís mal. Ya sé que crees no tenes con quien contar. Ya sé como te sentís; vacía, en blanco, mal. Pero no te rindas. Siempre después de una tormenta sale el sol, linda, ya vas a ver como ese sol te alumbra y haces lo correcto. Y aunque suene sacado de un cuento de hadas, la respuesta a todos tus problemas se encuentra en lo más profundo de tu corazón, intenta escucharlo. Sé que no es fácil, pero tenes de hacer un esfuerzo.
- Pero… si eligo a uno, el otro se va a sentir mal, y yo no quiero que ninguno se sienta mal, Jane.
- Ellos si de verdad te quieren, lo único que desean es que seas feliz, aunque sea con otro chico.
- Gracias, Jane. De todo corazón, no sé si vaya a funcionar, y aunque no lo haga, gracias por estar, gracias por aguantarme aunque te haya gritado, cuando cualquier otra persona me hubiera dejado.
- No me lo agradezcas, lo hago porque quiero. Porque te quiero a vos, porque quiero a Jeydon. Ahora debo irme, Jack me espera, si fuera por mi, me quedaría hablando con vos mucho más, pero tengo que ir.
- Claro, ve. Nos vemos y… gracias otra vez.
- De nada, linda.
Cortamos al mismo tiempo. Wow, ella era increíble.
Me acosté boca arriba en la cama, esperando que mi corazón decida por completo a mi mente, que estaba confundida.
Pensé en ellos una y otra vez. En todos sus pros y sus contras. Pero… no encontré contras en ninguno de los dos, y eso… era un problema.

Capitulo 36, adelanto.

- ¿Para qué llamabas…? No es que me moleste, pero me da intriga y…
- Te quiero pedir algo -lo interrumpí-.
- ¿Sí? Lo que vos quieras -prometió-.
- Sí… ¿Te acordas de Justin? El chico del que vos decías que yo estaba enamorada, y yo decía que no… El mismo que se ahogó ese día -estaba segura de que sí se acordaría, aunque no por esa razón-.
- Sí, ¿Qué pasa con él? -en su voz pude distinguir su ceño fruncido, creo que mi amigo no le agradaba. Reprimí unas risas-
- Es que… hablé con él y…

- ¡JeyJey! -lo llamé antes de que corte-
- ¿Sí? -el malestar se le suavizó un poco, pero no del todo-
- Te quiero -puse una voz tierna a la cual pensé que nunca se resistiría… y tenía razón-.
- Yo también, y mucho -su voz se suavizó por completo-. Un beso, nos vemos mañana, mi vida.
- Beso, chau, -cortó-.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Capitulo 34. Hablar con el chico que queres olvidar no soluciona nada.

Capitulo 34
Hablar con el chico que queres olvidar no soluciona nada.

Yo amaba a Jeydon y quería mucho (como amigo, claro…) a Justin. Pero me negaba a renunciar a alguno de los dos por sus estúpidas peleas. No me parecía… justo. Pero en relidad tenía perfectamente claro que era más injusto para ellos. ¿Por qué tenían que sufrir porque yo quería a dos chicos a la vez?
Quería llamar a Justin. Eso iba a hacer, iba a volver a sentir lo que era hablar con Justin y después pediría un consejo femenino.
Marqué su número.
- ¿Hola?
- Hola, ¿Justin?
- Sí, ¿Quién habla?
- Hola, soy Liz. Eh… quería hablar con vos.
- ¿Conmigo? -preguntó con voz dulce, pero sorprendido-
- Sí, éramos mejores amigos, adoro hablar con vos, te extrañaba.
- Yo también.
Se hizo un silencio… que de cómodo tenía poco.
- Me hice unos amigos; Jack y Jane.
- ¡Yo también! Me amigué con Ryan, no sé si te acordas, era del que Emily estaba enamorada, pero él me dijo que él se había alejado de mi porque pensó que yo lo prefería lejos, y conocimos a otro chico que estaba tan solo como nosotros antes, Luke.
- Genial -dije-.
- Sí… y… ¿Tenes novio?
- Sí; Jeydon, ¿vos tenes novia?
- Volví con Cait. Estamos mejor que nunca.
- Ah, yo y Jey también -no le iban a venir mal un poco de celos-. Hoy estuvimos por la plaza esa gigante.
- Ah, ¿en serio? Yo también, con Caitlin -su voz sonaba cortante, mordaz, como respondiendo a mis ganas de sacar celos con sus ganas de sacar celos-. ¿Algun día podremos vernos, Liz? -su voz se suavizó, como suplicándomelo-- Ojala sí, te hecho mucho de menos, mucho.
- Repito; yo también.
No había nada de qué reírse, pero se me escapó una risita.
- ¿Qué pasa? -preguntó por mis risas-
- No, no, nada -respondí, ahora sonriendo, aunque el no pudiera verme-. Es que… parece una broma como puede cambiar todo en tan solo unos meses.
- Lo sé…
Se hizo un silencio profundo.
- Está decidido: quiero verte -dijo-.
- Sí… ¿Qué decis si nos vemos mañana a las 8:00 para cenar en algun lado? -propuse-
- Dale, y podemos ir con Caitlin -dijo él, me ardió la sangre ¿con Caitlin? Ok, está bien-.
- Bueno -dije yo, ahora cortante-, pero entonces es justo que yo lleve a Jeydon, ¿no es así?
- Sí, cierto -dijo con el mismo tono que yo-.
- Nos vemos -dije, suavizándome-. Hoy le pregunto a Jeydon y te mando un mensaje para confirmar.
- Dale, yo también, chau.
Corté. Arghh. ¡¿Por qué habiendo tantas chicas desesperadas por encontrar un chico perfecto, a la única que no buscaba ni uno, le aparecen dos, y encima al
mismo tiempo?!

Capitulo 35, adelanto.

- Eh… gracias. ¿Tenes tiempo para que te cargue con mis problemas o estas haciendo algo?
- No, nada -ahora su hermosa voz, parecía más preocupada-. ¿Muchos problemas? ¿Qué pasó? Contame. Siempre tengo tiempo para mis amigas, y vos sos una de ellas.
- Sí, pero… ¿seguro que no estas haciendo nada importante?
- Seguro, seguro, no te preocupes.

- Ah… Bueno, creo que mi consejo sería que aclares las cosas y te decidas por quedarte con el chico al que más queres…
Su ayuda no estaba ayudando.
- ¡Es que no se a cual de los dos quiero más! -grité en voz baja tristemente, mientras las lagrimas volvían a caer de mis ojos-

jueves, 4 de noviembre de 2010

Capitulo 33. Dormida con los ojos abiertos.

Capitulo 33
Dormida con los ojos abiertos.
- La verdad es que… sí. Así es. No te quería mucho por una razón que tal vez te parezca algo… tonta. Es como lo que estuvimos hablando… creo que te envidiaba -me miró frunciendo el ceño, como sorprendida-. No hagas como si no supieras de lo que hablo, ¡sos la chica más linda que vi en mi vida! Y encima sos simpática y divertida. Estaba completamente celosa. Sos la chica más bella del mundo y la mejor amiga de mi novio. ¿Cómo podía no estarlo? Pero no te preocupes, ya está todo bien, ahora que te conozco está todo bien.
- ¿Por qué? ¿Qué cambia? ¿Es que te desilusioné? ¿Esperabas a la nueva Miss Universo y te encontraste con… esto? -preguntó haciendo un gesto con la mano que abarcaba todo su cuerpo-
- ¡¿Esto?! No vamos a volver a hablar sobre eso, porque me aburro y deprimo. Vos sos hermosa, y si te hace feliz que lo diga, yo también.
- Bueno, pero… ¿Por qué ya no me odias? -preguntó-
- Porque te conocí, y sos buena persona. Creo que serías como el tipo de amiga que yo tendría. Así que me gustaría mucho que sigamos en contacto.
- ¿Entonces… no fue por mi… condición? Digo, ¿Quién envidiaría a una chica… como yo? -supuse que no le gustaría llamarse por lo que era-
Levanté la mano y ella rió. Coreé su risa.
Nos dirigimos hacia donde estaban los chicos. Estaban sentados en un banco de espaldas a nosotras.
- Eso mismo pensé yo -decía Jeydon-.
Planeábamos acercarnos lentamente y asustarlos por atrás.
- ¿Vos hubieras hecho lo mismo? -preguntaba Jey-
- Y… no sé. Yo la quiero mucho a Jane y… no, no sé. No me puedo imaginar en esa situación, no puedo.
Las dos nos clavamos como estacas y nos miramos con los ojos muy abiertos. ¿Hablaban de… nosotras? No podíamos desperdiciar la oportunidad de escucharlos.
- ¿Tan difícil es de imaginar?
- Un poco. Hermano, paseando con tu novia, viste a un chico que le gusta…
- Ese tal Justin, idiota -masculló Jeydon-.
- …y no sabías si decirle a ella o no. El punto es que no le dijiste. No sé si esté mal, la verdad. Me cuesta creer tu mala suerte. De las seis millones de personas que hay en el mundo, vos te encontras con el chico que le gusta o gustaba, como vos digas, a tu novia. Es… difícil. Además no sabes si ella se enojaría o no, si decidís no decirle.
- Yo creo que no -adivinó Jeydon-.
- Crees mal -dije, bastante molesta-.
Ellos giraron las cabezas para ver como Jane los miraba con cara de susto, y yo, algo enojada. Jack miró a Jeydon con cara de “oh, oh, te mandaste una cagada”.
Pero éste solo me miraba a mi. Vi las expresiones que cruzar por su cara: primero, sorpresa. Susto. Pánico. Más sorpresa. Algo de enojo. Tristeza. Y cara de “por favor, perdoname”.
Me di vuelta y me fui caminando lentamente, no pretendía escaparme. Solo podía caminar. No iba a llorar, ¿Qué sentido tenía, si no había pasado nada? De hecho, ni siquiera estaba enojada. No.
Estaba algo triste, yo extrañaba bastante a Justin, y saber que había estado tan cerca de mi y que no había podido hablarle no me parecía divertido. Pero tampoco para enojarse, no.
Cuando ya me había alejado unos cuantos pasos, me di cuenta de que Jeydon estaba yendo detrás de mí. No me apuré. No lo esperé. ¡Que me alcanzara!
- Por favor, perdoname. No fue mi intención lastimarte, o molestarte, o… lo que sea que haya hecho. De verdad. No pensé que fuera dolerte eso de esta forma.
- No, no estoy enojada, Jeydon -mi voz sonó hostil, pero yo no me sentía enojada ahora. Estaba neutra-.
- No necesito que me mientas.
- No estoy molesta, pero…
- Tenía que haber un pero -rezongó-.
- …tampoco estoy contenta -lo ignoré-.
Su cara se entristeció.
- No estoy enojada, insisto. Pero quiero estar sola un rato y reflexionar. Tal vez llame a Jane, mi única amiga mujer, ¿me das su número celular?
Él asintió en silencio, sorprendido, y me pasó el número.
- Genial, gracias JeyJey.
Él suspiró, aliviado. Creo que porque lo había llamado por su apodo, y eso significaba (según él) que todo seguía bien.
Nos despedimos con un beso, y me fui para casa, mi onda neutra y serena no se afectó para nada cuando escuché los gritos de mis padres. De hecho, no estaba segura de haberlos escuchado realmente. ¿O no estaban gritando?
Me acosté boca arriba en mi cama, necesitaba pensar a solas, en paz.

Capitulo 34, adelanto.

- ¿Hola?
- Hola, ¿Justin?
- Sí, ¿Quién habla?
- Hola, soy Liz. Eh… quería hablar con vos.
- ¿Conmigo? -preguntó con voz dulce, pero sorprendido-
- Sí, éramos mejores amigos, adoro hablar con vos, te extrañaba.
- Yo también.
Se hizo un silencio… que de cómodo tenía poco.

- Sí… ¿Qué decis si nos vemos mañana a las 8:00 para cenar en algun lado? -propuse-
- Dale, y podemos ir con Caitlin -dijo él, me ardió la sangre ¿con Caitlin? Ok, está bien-.
- Bueno -dije yo, ahora cortante-, pero entonces es justo que yo lleve a Jeydon, ¿no es así?
- Sí, cierto -dijo con el mismo tono que yo-.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Capitulo 32. Jane.

Capitulo 32
Jane.
Era linda, si no, hermosa. Era esbelta y… albina. Su piel no era “clara”, era totalmente blanca, parecía incluso transparente. Su ojos no eran azul-plateados, eran totalmente plateados, muy claros. Y su pelo… no era simplemente rubio, era medio dorado, medio blanco. Pero… era hermosa. Tal vez sea egoísta, pero saber que yo no era la única con defectos, la única de la que se burlaban, me hizo sentir mejor.
Y sonreí, sonreí con todas mis fuerzas, mostrando mi sonrisa más linda y grande.
Aunque no me gustaba admitirlo, tal vez si sería capaz de llevarme bien con Jane. Tal vez teníamos más cosas en común de las que jamás hubiera podido imaginarme.
Pasamos un rato conversando entre todos, pero después, ella me tiró del brazo y nos alejamos un poco.
- Así que… sos la novia de Jeydon… -no era una pregunta-
- Sí -afirmé-.
- No te das una idea de cuanto me alegro.
- ¿Por qué? -pregunté, algo sorprendida-
- Es que… supongo que Jey te contó… bueno, yo y Jack somos novios y a veces, salir con él se vuelve algo incómodo. Porque… besar a Jack delante de Jeydon… o hacer cosas de novios, se vuelve difícil cuando tu mejor amigo está sentado en la otra punta del banco escuchando aburrido sin poder hacer nada. Él dice que está bien, pero nosotros sabemos que se aburre mucho. Así que ahora… podremos salir en grupo, o de a dos, sin sentirnos culpables.
- Cierto, va a estar lindo.
Ella asintió con la cabeza.
- Sin dudas -su sonrisa se amplió más todavía-. Y… gracias.
- ¿Por lo de Jey? ¡No me tenes que dar las gracias! Yo…
- No es por eso -me interrumpió-.
- ¿Entonces…?
- Por no quedarte viéndome con cara de… disgusto (o algo por el estilo), por no cargarme. Yo sé que llamo la atención. Sé que no soy… normal.
- ¡¿Qué no sos normal?! Lo anormal en vos es tu belleza…
- Sí sabes de lo que hablo, ¿no?
- Creo que sí… pero “anormal”, no me parece la palabra indicada. Sos albina. Tu piel es pálida, tu pelo rubio, casi blanco, y tus ojos plateados. Pero no entiendo qué es lo que le ves a eso de malo. Sos hermosa, Jane, muy hermosa. Tus rasgos son preciosos y no sabes lo que daría por ser, o por lo menos parecerme a vos.
- ¿Querrías parecerte a… mi? ¿Estas loca? ¿Por qué alguien querría ser como yo?
- Ya te lo dije, sos hermosa.
- Pero… ¡mirate! Vos sos la que es hermosa, la que, al final, me hace terminar fea, la que me opaca.
- ¿Qué es, exactamente, lo que te gusta de mi? ¡No tengo nada especialmente lindo o llamativo!
- Sí, es todo lindo y llamativo. Tu pelo color chocolate, tus ojos medio verdes, medio marrones, tu sonrisa, tu figura. No tenes nada que no sea, por lo menos, un poco envidiable. Es todo perfecto en vos.
- ¿En serio crees eso?
- Por supuesto.
- Bueno, yo creo exactamente lo mismo de vos.
Ella rió. Yo estaba… perpleja. No podía creerlo.
- Pero… vos sos como una especie del hada de las nieves, de las sacadas de un cuento de hadas, de las que son siempre buenas y dulces… -en mi mente, se vinieron imágenes de hadas, pálidas, rubias y de hermosos ojos claros. Vestidas con tapados blancos y abrigados, caminando sobre la nieve, con el viento despeinando sus cabellos. Con una varita mágica, con brillos alrededor, con magia. Ninguna era suficientemente hermosa como para no quedar opacada al lado de mi nueva amiga-
- ¿Y vos? ¿Nunca te pusiste a pensar en lo que serías vos? - preguntó ella y reflexioné.
- Eh… -tenía razón en eso- No, nunca.
- Vos sos… Vendrías a ser la campesina -por un minuto me molesté, tenía perfectamente claro como me veía, pero no necesitaba que me lo aclaren. Involuntariamente fruncí el ceño-. ¡No, no! Me malinterpretaste. No la campesina fea y despeinada, no la hermanastra de Cenicienta. Serías… eso mismo, serías Cenicienta. La campesina hermosa, que por supuesto no está ni enterada de su belleza particular, que conoce a su príncipe en el baile principal del castillo de sus sueños y se enamoran, y tienen hijos, y… -fantaseó, pero dejé de escucharla. Que conocía al príncipe de sus sueños, ella misma lo había dicho, era el príncipe, no los príncipes. No podía estar enamorada de dos chicos, pero sin embargo, lo estaba. Y a los dos los quería muchísimo. Claro que uno era mi novio, y el otro… pensar en eso me dolió. El otro no era nada, ni amigo, ni novio. No era mi príncipe. El otro no era nada para mi. Hasta entonces, no me había dado cuenta de cuanto lo extrañaba-
- Creo que… deberíamos ir volviendo.
- Sí, tenes razón. Pero antes… una pregunta.
- Decime -dije asombrada, ¿Qué tendría para preguntarme?-
- No te… caigo bien, ¿no?
Mis ojos se abrieron más de lo normal.
- No es así, sí me caes bien.
Me miró frunciendo el ceño.
- Pero… hay algo cuando me miras. No me ves como tu amiga, y cuando nos conocimos, no me mirabas con indiferencia, más bien con enojo, disgusto, odio…
- No, no.
- Elizabeth… no me mientas.
- Por favor, decime Liz, yo te considero mi amiga.
- Bueno, pero no me mientas, Liz.

Capitulo 33, adelanto.

- Además no sabes si ella se enojaría o no, si decidís no decirle.
- Yo creo que no -adivinó Jeydon-.
- Crees mal -dije, bastante molesta-.
Ellos giraron las cabezas para ver como Jane los miraba con cara de susto, y yo, algo enojada. Jack miró a Jeydon con cara de “oh, oh, te mandaste una cagada”.
Pero éste solo me miraba a mi. Vi las expresiones que cruzar por su cara: primero, sorpresa. Susto. Pánico. Más sorpresa. Algo de enojo. Tristeza. Y cara de “por favor, perdoname”.

- Por favor, perdoname. No fue mi intención lastimarte, o molestarte, o… lo que sea que haya hecho. De verdad. No pensé que fuera dolerte eso de esta forma.
- No, no estoy enojada, Jeydon -mi voz sonó hostil, pero yo no me sentía enojada ahora. Estaba neutra-.
- No necesito que me mientas.
- No estoy molesta, pero…

martes, 2 de noviembre de 2010

Capitulo 31. Duda.

Capitulo 31
Duda.
Sí, él sonreía, pero había algo que su cara que no me terminaba de convencer. ¿Era una sonrisa de verdad? No parecía… ¿Qué ocultaba? ¿Por qué no me lo podía decir?
- Ok, yo te voy a decir JeyJey.
- Me gusta, me gusta.
- Buenísimo. Che, te quería preguntar…
- ¿Sí? ¿Qué pasa, Lizlee? -sonrió-
- Es que… ¿te molestaría que conozca a tus amigos? -pregunté, aunque no era eso lo que en realidad quería preguntarle-
- No, para nada. Creo que te podrías llevar bien con Jane.
Puse los ojos en blanco y resoplé mientras cruzaba los brazos sobre mi pecho. No, no podía llevarme bien con Jane. Ella era la rubia, la hueca, la histérica… la fabulosa. La que iba a robarme el novio. No me iba a llevar bien con la popular, la chica linda de Hollywood.
- ¿Qué? No sé que tenes contra la pobre de Jane.
- “La pobre de Jane…” -lo imité murmurando y me di vuelta, caminando para el otro lado-
- No puedo entender por qué te enojas, si no, yo debería estar celosa por ese tal Justin -había dado justo en el blanco, pero no iba a rendirme tan fácilmente-.
- No tendrías por qué. Yo te quiero solo a vos.
- Pero cuando hablas de él te brillan los ojos, te sonrojas… A mi Jane no me gusta, es solo mi amiga.
- Ah, buenísimo -dije, irónica-.
- Yo también, te quiero, solo a vos.
Me sacó un a sonrisa, pero me la borré de inmediato, quería que siga intentado convencerme.
- Igual, no sé cuando entró Justin en la conversación.
- Él entró cuando entró Jane, Liz.
- Sí, perdón. Entendé que me dejó de gustar Justin en cuanto te vi.
- Y vos entendé que nunca me gustó Jane… no tenes nada que envidiarle. Ella recibe montones de burlas por su aspecto.
- ¿Burlas? ¿Por qué la burlarían?
- Porque son todos unos estúpidos.
- Ok, sí, pero… ¿es que no es linda? Vos me la describiste con el pelo lacio largo rubio, ojos azul-plateados, piel clara y linda figura. No entiendo -protesté-.
Masculló algo como “yo tampoco”, pero después me respondió bien.
- Sí, pero… cuando la conozcas te vas a dar cuenta.
- ¿Cómo…? -empecé a preguntar, pero me interrumpí, no solo sabía que él no iba a contestarme, si no que también se me había ocurrido una gran idea- ¿JeyJey…? ¿Podemos ir ahora a conocerlos? A Jane y a Jack.
- Buena idea. Los voy a llamar.
Sacó su celular y marcó unos números.
- Hola, soy Jeydon. Sí, estoy con mi novia… -estaba por decir algo más pero lo interrumpieron- Eso me dijo ella, ¿estás con Jane? -esperó la respuesta- Lo supuse -rió-. Está bien, los vemos en la plaza donde… si, en esa, ¿dale? Chau, chau -cortó y me miro sonriente-.
- ¡Vamos a conocerlos!
El camino fue por completo silencioso. Cada uno estuvo sumido en sus pensamientos.
Yo pensé en Jane, ¿era fea? ¿O... tenía alguna discapacidad? No se me ocurría nada coherente. ¿Por qué la burlarían?
Pronto llegamos, no estábamos muy lejos.
- Jane, Jack, ella es Liz, mi novia -me presentó-.
Ella sonrió, él también.
Era obvio el porqué se burlaban de la pobre de Jane.

Capitulo 32, adelanto.

- Así que… sos la novia de Jeydon… -no era una pregunta-
- Sí -afirmé-.
- No te das una idea de cuanto me alegro.
- ¿Por qué? -pregunté, algo sorprendida- Es que… supongo que Jey te contó… bueno, yo y Jack somos novios y a veces, salir con él se vuelve algo incómodo. Porque… besar a Jack delante de Jeydon… o hacer cosas de novios, se vuelve difícil cuando tu mejor amigo está sentado en la otra punta del banco escuchando aburrido sin poder hacer nada. Él dice que está bien, pero nosotros sabemos que se aburre mucho.

- Sí, tenes razón. Pero antes… una pregunta.
- Decime -dije asombrada, ¿qué tendría para preguntarme?-
- No te… caigo bien, ¿no?
Mis ojos se abrieron más de lo normal.
- No es así, sí me caes bien.
Me miró frunciendo el ceño.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Capitulo 30. Aprendiendo sobre ellos.

Perdón por este capitulo que es bastante tonto... aun así, no pierdo esperanzas... espero que les guste.

Capitulo 30.
Aprendiendo sobre ellos.

- A ver… no sé si todo esto que se me ocurre lo sepas, pero… una chica, piensa todo el día en el chico que le gusta -lo miré sonriendo y me devolvió la sonrisa, cosa que hizo que me sonroje y baje la vista para mirar el piso, como si fuera lo más interesante del mundo-. No hay cosa en este mundo que enamore más a una chica que que le digan cosas lindas, la miren y le abracen, otra verdad es que no somos tan débiles ante las flores y los chocolates, preferimos todo lo que te dije antes. No hay cosa que ponga más nerviosa a una chica, que que el chico que le gusta la mire a los ojos… así como haces vos, que me pones nerviosísima. Los chicos no tienen ni la más mínima idea de todo lo que sufrimos cuando no gustan de nosotras, o nos tratan mal. Cuando nos dedican una canción, o descubrimos sus favoritas, no paramos de escucharla, no nos aburre nunca. Dicen que un chico inseguro nunca nos podría gustar, pero a mi eso no me molesta, la que sí es verdad, es que escribimos millones de cartas y nunca las entregamos, dedicamos millones de canciones y nunca decimos y eso -reí, ¡que verdadera que era esa verdad!-. La verdad es que pocos sentimientos son peores que el de estar con el chico de tus sueños y no poder abrazarlo o besarlo, pero cuando un chico nos dice que nos quiere, aunque no nos guste, no sabes la cantidad de cosas que sentimos. También dicen que sufrimos más que ustedes, pero en mi opinión, eso depende. Pero su perfume… ¡nos vuelve locas! Amamos que los hombres usen perfume -pude ver de reojo como se olía, reí-, pero yo, prefiero mil veces que no usen, porque su propio olor es mejor que cualquier perfume. Con lo que sí coincido con el resto, es que nos encanta verlo a ese chico que nos gusta tanto sonreír, también estoy de acuerdo con que, sea como sea, lo vemos hermoso, también nos gusta mucho que nos repitan que nos quieren. Uh, y obvio que una mujer siempre se acuerda de las fechas importantes, como el primer beso, la primera vez que estuvieron juntos, todo, pero yo… la verdad que la fecha, no, pero el momento y el sentimiento y todo, sí. Las fechas… no sirven para nada, desde mi punto de vista. Cuando les decimos que se vayan, en realidad, no hay nada que deseemos más que que se queden. Nos encanta que nos pregunten que nos pasa cuando estamos medio mal y nos aburre profundamente un chico que siempre nos da la razón, o nunca lo haga y… creo que eso es todo, pero es bastante, ¿no?
- Cierto, cierto… -sonrió-
- Tu turno -frunció el ceño y me miró con cara de desentendido-. Sí, yo también quiero saber cosas sobre ustedes.
- Ok, ok. ¿Qué te puedo contar? Tartamudeamos cuando hablamos con la chica que nos gusta, ya sea por te-te-teléfono o en pe-pe-persona -rió de su propia broma-. Aunque hayamos ganado fama de mujeriegos, aunque hayamos estado todo el día coqueteando con millones de chicas, a la noche pensamos solo en una, nosotros también nos volvemos locos por verlas sonreír. Haríamos lo que sea por que nos presten atención y odiamos que nos hablen de ex-novios, aunque suene cruel. Además, odiamos verlas con otros, duele. Otra cosa que las mujeres y los hombres tienen igual es que nos gusta que nos recuerden que todavía nos quieren. Dicen que también nos molesta que nos hablen de sus amigos hombres, pero a mi no me jode, digo, la chica es tuya, ¿Qué te importan lo amigos? Se hubieran avivado antes… -tragué convulsivamente, haciendo mucho ruido. Eso me hizo acordar a… Justin- Como te habrás dado cuenta, nos ponemos celosos con mucha facilidad y somos más “sensibles” y “emocionales” de lo que nos gusta que la gente piense. Somos bastante abiertos, pero cuando hablamos de nosotros, no pedimos que aconsejen, si no que escuchen. Eso de que molestamos a las chicas de las que gustamos, a veces es cierto y otras veces no. En general, para impresionar a la chica, usamos lo que tengamos a mano. Para referirnos a una chica “linda” usamos la palabra “linda”, “bella” o “bonita”, pero no “hermosa”, esa va para cuando estamos enamorados o nos gusta una chica mucho, mucho de verdad, ¿entendes, hermosa? -me quiñó un ojo y volví a mirar al piso, ruborizada- Por mucho que digan, la personalidad es la clave. No nos llevamos bien con que las chicas den vueltas para decir las cosas, las preferimos de frente, directamente. Cuando un chico se ve relajado, es probable que sea todo mentira. Cuando pedimos que nos dejen solos, en realidad queremos que se queden. Si un chico empieza a hablar seriamente, escuchalo, no pasa seguido, así que si ocurre, sabes que algo serio esta pasando. Si tu mejor amigo hombre te esquiva cuando estas con tu novio, es casi seguro que sea por celos o por que está enamorado de vos. No nos gustan las chicas débiles, a veces sí femeninas, pero no débiles. Un chico tiene más problemas de los que deja que veas y jamás seas creída, solo sirve para alejarnos. Odiamos el rechazo, pero no tanto como el ser ilusionados en vano. A la mayoría, no nos gustan las chicas demasiado flacas, y, aunque ustedes no lo crean, también lloramos, sufrimos y nos entristecemos, por amor y por otras cosas. Creo que… eso es todo.
- Genial. Bueno… acá estamos.
- Sí…
Un señor llegó junto a nosotros.
- ¿Qué van a pedir, chicos? -preguntó amablemente-
- Dos cucuruchos -dijo Jey-. Por favor.
- Claro, claro, ¿Qué gustos?
- Eh… yo quiero… dulce de leche granizado y frutilla al agua -pedí-.
- Y yo… de frambuesa y chocolate con almendras.
El señor asintió con la cabeza y diez minutos después nos entregó los helados.
- Delicioso -dije, él asintió con la cabeza-.
Nos quedamos unos minutos en un silencio, un silencio cómodo, extremadamente cómodo.
- ¿Lizlee…?
- ¿Lizlee? -pregunté riendo- ¿Me llamo así?
- Sí, se escribe L-I-Z-L-E-E, pero se dice Lizli. Es tu apodo, yo te voy a decir así -dijo sonriendo-.

Capitulo 31, adelanto.

- No puedo entender por qué te enojas, si no, yo debería estar celosa por ese tal Justin -había dado justo en el blanco, pero no iba a rendirme tan fácilmente-.
- No tendrías por qué. Yo te quiero solo a vos.
- Pero cuando hablas de él te brillan los ojos, te sonrojas… A mi Jane no me gusta, es solo mi amiga.
- Ah, buenísimo -dije, irónica-.

- ¿JeyJey…? ¿Podemos ir ahora a conocerlos? A Jane y a Jack.
- Buena idea. Los voy a llamar.
Sacó su celular y marcó unos números.
- Hola, soy Jeydon. Sí, estoy con mi novia… -estaba por decir algo más pero lo interrumpieron- Eso me dijo ella, ¿estás con Jane? -esperó la respuesta- Lo supuse -rió-. Está bien, los vemos en la plaza donde… si, en esa, ¿dale? Chau, chau -cortó y me miro sonriente-.
- ¡Vamos a conocerlos!