lunes, 28 de marzo de 2011

Capitulo 56. Ninguna estaba realmente feliz.


Acá otro capítulo, perdón por la tardanza.
Capitulo 56 Ninguna estaba realmente feliz. Terminamos de tropezar y volvimos con el resto. - ¿Y Cait? - Se quedó con su chico, Anne también. - ¿Te abandonó Nat? -parecía divertido, pero no entendí por qué- - Algo así -Jane se rió, y tampoco entendí-. - ¿Alguien podría por favor explicarme? - Eh… claro, sí. Nat es… algo tímido… -dijo Stephen- - Salió corriendo -explicó Jane con una risita-. - ¿Y no fuiste detrás de él? - Eh… sí, pero no funcionó. Siguió corriendo. Ahí ya no pude aguantar y lancé una carcajada. Entonces vi que se acercaba Nat empapado de pies a cabeza. Ese chico me sonaba conocido de algun lado. - ¡Nat! -dijeron Jane y Stephen- - ¿Cómo terminaste así de mojado? -preguntó Jane- - Ehh… me choqué contra la fuente. Los tres (Stephen, Jane y yo) lanzamos una carcajada y ahí lo reconocí. - Oh, creo que te conozco -comenté-. - ¿De dónde? -preguntó Stephen- - Creo que lo vi hoy, en la calle. - Hola -saludó tímidamente… y entonces la historia pareció más creíble. Volví a reír-. Perdón por lo de antes -sonrió un poquito-. - Está bien -Jane sonrió provocativa, de todas formas, Jack no iba a enterarse-. No hay problema. - ¿Vos llegaste con unos amigos, no? ¿Uno de esos tenía el pelo negro corto, algo petiso, muy falco…? -pregunté- - Eh… sí. ¿Cómo sabes? -preguntó receloso- - Creo que… los vi en la calle. Ahora él me caía mejor. Bastante mejor. El único que no se había reído cuando bajé en bata a abrir la puerta, él era el que parecía avergonzado. Nat lo dejó pasar. Anne volvió con nosotras con una gran sonrisa unos minutos después. - ¿Y…? -Jane, Nat y Stephen no nos escuchaban- Levantó un papelito con un número. - ¿Te dio su número? ¡Genial! -le sonreí y le di un pequeño abrazo- - Sí, creo que… -les dio la espalda a los otros tres- le gusto, y él a mi. Y mucho. No se lo digas a nadie, por favor. - No, claro que no… Que feliz que estoy por vos -y sí que lo estaba, era en serio-. ¿Se fue? - Le dolía la cabeza. Me dijo que iba a su casa, que me llamaba algun día de estos, o que lo llame yo -se la veía de verdad emocionada, enamorada-. A esa altura ya nos habíamos alejado de ellos. - ¿Vos amas a alguno de los dos? - ¿Y… a ambos? -pregunté- ¿Vale esa opción? - ¡No! ¿A los dos? ¿Los amas a los dos? - Sí… -me sonrojé- - Oh. Con razón te resulta tan complicado elegir. - Sí… - ¿No sabes decir nada más? -rió- - Sí… -reímos- Es que… dame una mano… ayudame… No sé a cuál elegir… -sentí que mis ojos se llenaban de lagrimas y las contuve, en eso era experta, lo hacía desde chiquita- - No, no llores -parecía como una súplica-. - No lo haré -creo que me lo dije a mi misma-. - Creo que tendrías que… -pensó- escuchar a tu… - No, gracias, pero prefiero que no termines esa frase. - Pero es lo que tenes que hacer -casi la interrumpo, pero me paró-, no me interrumpas. Sí, sé que no es fácil. - ¿Cómo puedo hacerlo? ¡Estoy mareada! -me quejé otra vez con lagrimas- Apartó la vista de mi, y supuse que no le gustaba ver llorar a las personas. A mi tampoco. - Cosas que a mi me funcionan son… escuchar canciones románticas y ver la cara de quien se me aparece primero. Creo que eso funciona… Pero no sabría decirte. - Bueno… está bien. Lo intentaré. Al menos entonces tenía un objetivo. Algo que hacer. Aunque dudaba que eso fuera a funcionar. - Gracias. Es lindo hablar con vos -dijo Anne-. - Lo mismo digo, gracias -respondí con toda sinceridad-. Otra nueva amiga. Probablemente más que Caitlin. Aunque no tanto como Jane. Volvimos con Jane, que ahora estaba con Caitlin. Supuse que hablaban de ropa por la forma en la que miraban a las chicas que pasaban por ahí. - Ese vestido era lindo… -comentaba Jane- - ¿Cuál, el rojo? - No, el que era azul y negro, en capas. Pero el rojo también. - Sí, los dos estaban muy lindos, pero los zapatos de la de rojo… Entonces nos vieron llegar y dieron el tema por cerrado. - ¿Vamos volviendo? Ya es tarde -dijo Jane-. - Volvamos. Nosotras (Jane y yo) entrelazamos nuestros brazos como marido y mujer y nos adelantamos, y Cait y Anne se quedaron más atrás charlando. Íbamos en silencio. - Que linda noche -dijo cuando atravesamos la puerta-. Hacía frío. Me recorrió un estremecimiento. - Sí. Muy hermosa… ¿Conseguiste el número de Nat, no? Se sonrojó. - Sí, pero decidimos ser solo amigos. Quiero muchísimo a Jack… - ¡Me había olvidado de él!- Pero yo no -dijo tristemente-. Estuve pensando en él toda la fiesta. - Realmente te preocupa, ¿no? - Así es. - Anne tiene el número de su chico. - Y Cait del de ella. - Son buenas personas -comenté-. Asintió en silencio. Después nos despedimos de Anne y Cait y fuimos por diferentes direcciones. Yo seguía con Jane. - Suerte -dijimos a coro cuando llegamos a la puerta de mi casa-. Reímos. Pero ninguna estaba realmente muy contenta. - Hablamos después -volvimos a hablar al unísono-. Nos despedimos con un último beso en el cachete, y ahí me di cuenta de que me moría de sueño. Por eso, cuando terminé de cerrar la puerta, corrí a mi habitación. Capítulo 57, adelanto. Me empezó a latir el corazón violentamente. Y ocurrió lo que no quería que ocurra. Pensé en ellos, como siempre que bajaba la guardia. La angustia de los ojos de Justin me dolía, porque sabía que no era dolor por su propio corazón, sino por el mío. Y la preocupación de los ojos de Jeydon… eso también me hería. Porque tampoco era por él, era por mí. Me pregunté que dirían mis ojos. - Te quiero pero sobreviviré. Lo prometo. Elegí a quien prefieras. - Pero, los dos son… - Lo sé. Sé que no es fácil. Sé que duele y que no queres herirnos a ninguno de los dos, pero… tenes que hacer lo que sentís. - Dame alguna ayuda… alguna pista… - Ya te lo dije. Él moriría sin vos, sin tu amor. Yo… yo ya encontraré a alguien que me haga volver a sentir lo que alguna vez sentí por vos. Aunque ahora llore, aunque ahora duela…

viernes, 4 de marzo de 2011

¡TRES CAPITULOS!

Sí, señoras y señores, niños y niñas, solo tres capítulos faltan para que termine. Juro que yo tampoco puedo creerlo, pero bueno...
Quería agradecerles por todo de antemano. Gracias por leer mi novela, gracias por estar conmigo desde el principio, o bien gracias por sumarse cuando ya había empezado, gracias por soportar las cosas que salen de mi cabeza en esos momentos de inspiración.
En capítulo que viene no, en el otro, se define todo, pero el nombre del Elegido no se dice hasta el final. Hice todo lo posible por no desilusionarlas, espero que haya funcionado. Yo elegí para que se quede con Liz al que a mi me gusta más, y perdón si no era su preferido también, trato de tener todo en cuenta, pero es complicado, porque al fin y al cabo, todo depende de mi D: JAJAJJA.
Amé todo este tiempo con ustedes, y espero que les haya gustado.
Que nos volvamos a ver.
Pau.

Capitulo 55. ¿Disculparme conmigo misma?

Capitulo 55
¿Disculparme conmigo misma?

- Me cae bien -comentó Jane-.
- A mi también -asentí-. Es buena. Y Cait también.
- Sí, y es muy hermosa Caitlin.
- Totalmente.
Frunció el ceño y preguntó:
- ¿Qué pasa?
Sí había intentado ocultar mi tristeza, pero sabía que no iba a lograrlo. Tristeza por Jeydon, por Justin, por su tristeza, por la de Jane por Jack, por no saber como iba a terminar todo. Tristeza porque en el momento, todo lo que me pasaba era triste.
Tristeza por no poder solucionar nada…
- Nada.
- Liz… sé que te pasa algo, basta, no me mientas.
- Bueno… hay muchas cosas que ahora no me ponen muy feliz…
- Como por ejemplo… -era una pregunta-
- …Justin y Jeydon, básicamente. Pero varias cosas más.
- Debí suponerlo.
- Sí…
Me puso las manos en los hombros.
- Tenes que seguir con tu vida, Liz. No podes estar todo el tiempo preocupada, basta, es de verdad -estaba seria, así que me preocupé-.
- Per…
- ¡No! No, no, no. Disculpate con vos misma… Eso tenes que hacer. Estuviste tratándote verdaderamente mal.
Me pregunté si había estado tan insoportable últimamente, pero supuse la respuesta, así que no tuve que expresarlo con palabras.
- Quiero que termine esta fiesta, Jane, ¿podría irme?
- No, no voy a dejar que te vayas sola a estas horas de la noche, no quiero sonar como tu mamá, pero no podes irte sola ahora.
- Es que… ¡no aguanto más esto! Debo de estar poniéndome realmente molesta, pero no puedo más. Temo por todos. Tengo miedo de dañar a las personas.
- ¿Queres que vayamos a tu casa de vuelta? ¿Queres que volvamos?
- No, no, gracias. No te puedo raptar así, vos queres estar acá, no estaría bien.
- Pero si queres…
- No, no quiero. Quedémonos. Vamos a bailar. Pero hagamos algo, porque me deprimo.
Me miró con cara de duda, pero la convicción que demostraban mis ojos (supongo que fue eso) hizo que aceptara.
- Bailemos, entonces.
- Pero la música sigue siendo lenta…
- ¡Bailemos entre nosotras! -reí-
Entonces nos agarramos de los hombros y empezamos a bailar a las carcajadas.
- Van a pensar que… -empezó a decir-
En eso se acerca un chico. Me miraba a mi. Oh, no.
- ¿Bailas? -me preguntó-
Vi que trataba de no reírse. Supuse que había visto nuestra función. Me sonrojé.
Justo ahí me fijé que ese chico era el que estaba con un chico de remera verde oscuro que le había gustado a Jane… aunque no había dicho nada.
Ella estaba con Jack… pero él no iba a enterarse de nada, ¿no?
- Claro, pero…
- ¿Qué?
- ¿Le podes decir a tu amigo de camiseta verde que venga a bailar con ella?
Señalé a Jane y ella se puso… rosa, claro. Sí, supongo que en su caso, eso era una especie de sonroje.
- Por supuesto, él quería venir y le daba vergüenza… -rió entre dientes- ¡¡Nat!! -llamó mi chico al de remara verde-
Del otro lado del patio Nat se sonrojó.
- ¿Vamos?
- Dale.
Fuimos a bailar al centro de la pista, con todas las otras parejas.
Mi compañero bailaba realmente mal, como yo, pero noté que hacía su mejor esfuerzo.
- ¿Cómo te llamas?
- Elizabeth…, Liz. ¿Y vos?
- Stephen.
Bailamos (o más bien tropezamos) en silencio un rato más.
- Oops… -dije cuando lo pisé-
- Somos un desastre -suspiró frustrado y divertido a la vez-.
- ¿Sí, no?
- Bueno; no nacimos para bailar y punto.
- Exacto.
Reímos. Y se sentía raro sentirse tan bien.
Pero no podía añadir otro chico a mi lista de (dos) pretendientes.
Tampoco es que tuviera mil, ¿no…?
- ¿Tenes novia? -noté que no era su pregunta preferida por el malestar de su cara- Entendí; no es de mi incumbencia -sonreí, mostrándole que no me había enojado-.
- No… no es eso… Es que…
- ¿Qué pasa? -ahora estaba preocupada-
No es tu problema, Liz, no te metas, me decía por dentro.
Desde que soy muy chica me interesa la vida de otras personas. Y mucho. Pero no es por chismosa, o algo así. Simplemente (mi versión es que es por la tensión que hay en casa) no soporto ver a alguien mal, o deprimido. Entonces empiezo a preguntar y no hay quien me pare.
-Es que… anduve con muchos problemas últimamente, ya sabes… bueno… me engañaron -trató de sonreír sin ningún éxito-. ¿Y vos?Ahora yo mostré expresión dolida, y él frunció el ceño.
- ¿Qué pasa? No es de mi incumbencia, lo sé -intentó hacerme sonreír…-.
…y lo logró. Sorpresa, sorpresa.
Esto no podía estar pasándome. Aparece un chico que me gusta (uno más) y acaban de romperle el corazón. Increíble.
Y aun así, era más feliz que yo.

Capitulo 56, adelanto.

- Es que… dame una mano… ayudame… No sé a cuál elegir… -sentí que mis ojos se llenaban de lagrimas y las contuve, en eso era experta, lo hacía desde chiquita-
- No, no llores -parecía como una súplica-.
- No lo haré -creo que me lo dije a mi misma-.
- Creo que tendrías que… -pensó- escuchar a tu…
- No, gracias, pero prefiero que no termines esa frase.
- Pero es lo que tenes que hacer -casi la interrumpo, pero me paró-, no me interrumpas. Sí, sé que no es fácil.
- ¿Cómo puedo hacerlo? ¡Estoy mareada! -me quejé otra vez con lagrimas-
Apartó la vista de mi, y supuse que no le gustaba ver llorar a las personas.
A mi tampoco.

- Que linda noche -dijo cuando atravesamos la puerta-.
Hacía frío. Me recorrió un estremecimiento.
- Sí. Muy hermosa… ¿Conseguiste el número de Nat, no?
Se sonrojó.
- Sí, pero decidimos ser solo amigos. Quiero muchísimo a Jack…
- ¡Me había olvidado de él!- Pero yo no -dijo tristemente-. Estuve pensando en él toda la fiesta.
- Realmente te preocupa, ¿no?
- Así es.

Capitulo 54. Ella se sentía como en las nubes... no yo.

Hoy me siento buena, y la verdad que hace mucho no escribo nada, así que... creo que se merecen dos capítulos por hoy. No se acostumbren ;)
May-emosa, de nada, cualquier otra duda que tengas preguntame que con gusto te responderé.

Capitulo 54
Ella se sentía como en las nubes… no yo.

Noté en su cara, que de verdad pasaría algo si me lo decía.
- Pero… ¿Decís que le va a doler? ¿O que te va a hacer algo?
- No, claro que no me va a hacer nada -como de costumbre, yo había intentado transformar una conversación común y corriente en un policial, con espías y misterio-. Pero… con el hecho de que solo le duela, me parece lo suficientemente mal.
- Entonces, no importa -sinceramente sí importaba, pero… no me gusta que las personas se sientan presionadas o incómodas por mi-.
En su interior, se debatía.
- Es que…
En eso llegaron las chicas, y, por supuesto, aunque Jane había seguido fiel a su novio, Caitlin venía con un chico (que tenía los ojos desorbitados porque ella lo había elegido, aunque era lindo).
Claro que un gran porcentaje de los chicos que estaban allí nos miraban.
¿Cómo ignorar a esas dos chicas?
No es que Anne fuera fea, para nada, pero cualquier persona se vería un poco opaca al estar al lado de esas dos bellezas. Ni me quise imaginar yo. Pero fue inevitable, y el pensamiento me dolió un poco. Anne parecía divertida, Jane alegre como de costumbre y Caitlin también parecía muy divertida. El chico estaba simplemente embobado, claro. Pero vi de reojo que otro chico (uno que había estado solo, sentado en un banco toda la noche) miraba a Anne de una forma que supuse que trató de ser disimulada. Pero no lo fue, en absoluto. Por alguna razón siempre supe (o creí) que los chicos no sabían disimular.
Intenté ignorar el hecho de que parecía ser la única en la que nadie estaba interesada. Porque me estaba divirtiendo, realmente lo estaba haciendo.
- Chicas, ¿vamos a bailar? -pregunté, y entonces el chico pareció reparar en mi, hasta entonces invisible a sus ojos. Pareció gustarle lo que vio y eso me subió el autoestima- Estoy un poco aburrida.
- Yo me quedo -sonrió Caitlin-.
- Yo voy con vos, Liz -dijo Jane-. ¿Y vos, Anne?
- ¿Eh…? ¿Qué… decían? -estaba demasiado concentrada mirando al chico del banco como para prestarnos atención- Yo voy con ustedes -asintió-.
Las tres entramos y nos pusimos a bailar al ritmo de la música (que en realidad era bastante mala) que sonaba.
Jane bailaba relativamente bien, aunque no era su mayor talento, yo con mis dos pies izquierdos no hacía mucho y Anne no se animaba a moverse demasiado.
- Chicas, estoy no es muy divertido en realidad -comentó Jane-. Si ninguna va a ir a buscarse un chico para bailar, esto va a ser aburrido.
Anne se sonrojó, y aunque Jane no se dio cuenta, yo capté perfectamente que ella quería a un chico en especial, pero no se animaba a ir por él.
- Anne… -le sonreí- Tenes que ir con él. Ya mismo. Él te estaba mirando no vas a poder esquivarlo toda la vida.
- Lo sé… -suspiró-
- ¿Te gusta uno? -Jane miró alrededor- ¿Cuál?
- Está afuera -se sonrojó-.
- Vamos a buscarlo -sonrió animada-.
- ¡No!
- ¿Por qué?
- Me da vergüenza. Dejalo como está, Jane, gracias pero no.
- No podes seguir siempre así, acá sentada. Si vos no venís, es probable que él tampoco venga.
- Pero tal vez…
Cambiaron la música a un lento deprimente, así que era más fácil hablar, pero se callaron porque llegó un chico con nosotras. No era especialmente lindo, tenía una remera de una banda de heavy metal y unos jeans rasgados.
- ¡Hola! -saludó Jane efusivamente-
- Ho… Hola. Eh… venía a decirte si… eh… vos, ¿queres bailar conmigo? -miraba a Anne directamente-
Entonces me di cuenta que era en el que ella se había fijado.
- Claro… -aceptó como en las nubes-
Se fue flotando con él y nos dedicó una sonrisa radiante desde su lugar, por arriba de su hombro.
Jane y yo estábamos completamente aburridas. Salimos al “patio”.
Caitlin y el chico habían entrado y estaban bailando.
Capitulo 55, adelanto.
- Bueno… hay muchas cosas que ahora no me ponen muy feliz…
- Como por ejemplo… -era una pregunta-
- …Justin y Jeydon, básicamente. Pero varias cosas más.
- Debí suponerlo.
- Sí…
Me puso las manos en los hombros.
- Tenes que seguir con tu vida, Liz. No podes estar todo el tiempo preocupada, basta, es de verdad -estaba seria, así que me preocupé-.
- Per…
- ¡No! No, no, no. Disculpate con vos misma… Eso tenes que hacer. Estuviste tratándote verdaderamente mal.
- ¿Cómo te llamas?
- Elizabeth…, Liz. ¿Y vos?
- Stephen.
Bailamos (o más bien tropezamos) en silencio un rato más.
- Oops… -dije cuando lo pisé-