lunes, 28 de marzo de 2011

Capitulo 56. Ninguna estaba realmente feliz.


Acá otro capítulo, perdón por la tardanza.
Capitulo 56 Ninguna estaba realmente feliz. Terminamos de tropezar y volvimos con el resto. - ¿Y Cait? - Se quedó con su chico, Anne también. - ¿Te abandonó Nat? -parecía divertido, pero no entendí por qué- - Algo así -Jane se rió, y tampoco entendí-. - ¿Alguien podría por favor explicarme? - Eh… claro, sí. Nat es… algo tímido… -dijo Stephen- - Salió corriendo -explicó Jane con una risita-. - ¿Y no fuiste detrás de él? - Eh… sí, pero no funcionó. Siguió corriendo. Ahí ya no pude aguantar y lancé una carcajada. Entonces vi que se acercaba Nat empapado de pies a cabeza. Ese chico me sonaba conocido de algun lado. - ¡Nat! -dijeron Jane y Stephen- - ¿Cómo terminaste así de mojado? -preguntó Jane- - Ehh… me choqué contra la fuente. Los tres (Stephen, Jane y yo) lanzamos una carcajada y ahí lo reconocí. - Oh, creo que te conozco -comenté-. - ¿De dónde? -preguntó Stephen- - Creo que lo vi hoy, en la calle. - Hola -saludó tímidamente… y entonces la historia pareció más creíble. Volví a reír-. Perdón por lo de antes -sonrió un poquito-. - Está bien -Jane sonrió provocativa, de todas formas, Jack no iba a enterarse-. No hay problema. - ¿Vos llegaste con unos amigos, no? ¿Uno de esos tenía el pelo negro corto, algo petiso, muy falco…? -pregunté- - Eh… sí. ¿Cómo sabes? -preguntó receloso- - Creo que… los vi en la calle. Ahora él me caía mejor. Bastante mejor. El único que no se había reído cuando bajé en bata a abrir la puerta, él era el que parecía avergonzado. Nat lo dejó pasar. Anne volvió con nosotras con una gran sonrisa unos minutos después. - ¿Y…? -Jane, Nat y Stephen no nos escuchaban- Levantó un papelito con un número. - ¿Te dio su número? ¡Genial! -le sonreí y le di un pequeño abrazo- - Sí, creo que… -les dio la espalda a los otros tres- le gusto, y él a mi. Y mucho. No se lo digas a nadie, por favor. - No, claro que no… Que feliz que estoy por vos -y sí que lo estaba, era en serio-. ¿Se fue? - Le dolía la cabeza. Me dijo que iba a su casa, que me llamaba algun día de estos, o que lo llame yo -se la veía de verdad emocionada, enamorada-. A esa altura ya nos habíamos alejado de ellos. - ¿Vos amas a alguno de los dos? - ¿Y… a ambos? -pregunté- ¿Vale esa opción? - ¡No! ¿A los dos? ¿Los amas a los dos? - Sí… -me sonrojé- - Oh. Con razón te resulta tan complicado elegir. - Sí… - ¿No sabes decir nada más? -rió- - Sí… -reímos- Es que… dame una mano… ayudame… No sé a cuál elegir… -sentí que mis ojos se llenaban de lagrimas y las contuve, en eso era experta, lo hacía desde chiquita- - No, no llores -parecía como una súplica-. - No lo haré -creo que me lo dije a mi misma-. - Creo que tendrías que… -pensó- escuchar a tu… - No, gracias, pero prefiero que no termines esa frase. - Pero es lo que tenes que hacer -casi la interrumpo, pero me paró-, no me interrumpas. Sí, sé que no es fácil. - ¿Cómo puedo hacerlo? ¡Estoy mareada! -me quejé otra vez con lagrimas- Apartó la vista de mi, y supuse que no le gustaba ver llorar a las personas. A mi tampoco. - Cosas que a mi me funcionan son… escuchar canciones románticas y ver la cara de quien se me aparece primero. Creo que eso funciona… Pero no sabría decirte. - Bueno… está bien. Lo intentaré. Al menos entonces tenía un objetivo. Algo que hacer. Aunque dudaba que eso fuera a funcionar. - Gracias. Es lindo hablar con vos -dijo Anne-. - Lo mismo digo, gracias -respondí con toda sinceridad-. Otra nueva amiga. Probablemente más que Caitlin. Aunque no tanto como Jane. Volvimos con Jane, que ahora estaba con Caitlin. Supuse que hablaban de ropa por la forma en la que miraban a las chicas que pasaban por ahí. - Ese vestido era lindo… -comentaba Jane- - ¿Cuál, el rojo? - No, el que era azul y negro, en capas. Pero el rojo también. - Sí, los dos estaban muy lindos, pero los zapatos de la de rojo… Entonces nos vieron llegar y dieron el tema por cerrado. - ¿Vamos volviendo? Ya es tarde -dijo Jane-. - Volvamos. Nosotras (Jane y yo) entrelazamos nuestros brazos como marido y mujer y nos adelantamos, y Cait y Anne se quedaron más atrás charlando. Íbamos en silencio. - Que linda noche -dijo cuando atravesamos la puerta-. Hacía frío. Me recorrió un estremecimiento. - Sí. Muy hermosa… ¿Conseguiste el número de Nat, no? Se sonrojó. - Sí, pero decidimos ser solo amigos. Quiero muchísimo a Jack… - ¡Me había olvidado de él!- Pero yo no -dijo tristemente-. Estuve pensando en él toda la fiesta. - Realmente te preocupa, ¿no? - Así es. - Anne tiene el número de su chico. - Y Cait del de ella. - Son buenas personas -comenté-. Asintió en silencio. Después nos despedimos de Anne y Cait y fuimos por diferentes direcciones. Yo seguía con Jane. - Suerte -dijimos a coro cuando llegamos a la puerta de mi casa-. Reímos. Pero ninguna estaba realmente muy contenta. - Hablamos después -volvimos a hablar al unísono-. Nos despedimos con un último beso en el cachete, y ahí me di cuenta de que me moría de sueño. Por eso, cuando terminé de cerrar la puerta, corrí a mi habitación. Capítulo 57, adelanto. Me empezó a latir el corazón violentamente. Y ocurrió lo que no quería que ocurra. Pensé en ellos, como siempre que bajaba la guardia. La angustia de los ojos de Justin me dolía, porque sabía que no era dolor por su propio corazón, sino por el mío. Y la preocupación de los ojos de Jeydon… eso también me hería. Porque tampoco era por él, era por mí. Me pregunté que dirían mis ojos. - Te quiero pero sobreviviré. Lo prometo. Elegí a quien prefieras. - Pero, los dos son… - Lo sé. Sé que no es fácil. Sé que duele y que no queres herirnos a ninguno de los dos, pero… tenes que hacer lo que sentís. - Dame alguna ayuda… alguna pista… - Ya te lo dije. Él moriría sin vos, sin tu amor. Yo… yo ya encontraré a alguien que me haga volver a sentir lo que alguna vez sentí por vos. Aunque ahora llore, aunque ahora duela…

viernes, 4 de marzo de 2011

¡TRES CAPITULOS!

Sí, señoras y señores, niños y niñas, solo tres capítulos faltan para que termine. Juro que yo tampoco puedo creerlo, pero bueno...
Quería agradecerles por todo de antemano. Gracias por leer mi novela, gracias por estar conmigo desde el principio, o bien gracias por sumarse cuando ya había empezado, gracias por soportar las cosas que salen de mi cabeza en esos momentos de inspiración.
En capítulo que viene no, en el otro, se define todo, pero el nombre del Elegido no se dice hasta el final. Hice todo lo posible por no desilusionarlas, espero que haya funcionado. Yo elegí para que se quede con Liz al que a mi me gusta más, y perdón si no era su preferido también, trato de tener todo en cuenta, pero es complicado, porque al fin y al cabo, todo depende de mi D: JAJAJJA.
Amé todo este tiempo con ustedes, y espero que les haya gustado.
Que nos volvamos a ver.
Pau.

Capitulo 55. ¿Disculparme conmigo misma?

Capitulo 55
¿Disculparme conmigo misma?

- Me cae bien -comentó Jane-.
- A mi también -asentí-. Es buena. Y Cait también.
- Sí, y es muy hermosa Caitlin.
- Totalmente.
Frunció el ceño y preguntó:
- ¿Qué pasa?
Sí había intentado ocultar mi tristeza, pero sabía que no iba a lograrlo. Tristeza por Jeydon, por Justin, por su tristeza, por la de Jane por Jack, por no saber como iba a terminar todo. Tristeza porque en el momento, todo lo que me pasaba era triste.
Tristeza por no poder solucionar nada…
- Nada.
- Liz… sé que te pasa algo, basta, no me mientas.
- Bueno… hay muchas cosas que ahora no me ponen muy feliz…
- Como por ejemplo… -era una pregunta-
- …Justin y Jeydon, básicamente. Pero varias cosas más.
- Debí suponerlo.
- Sí…
Me puso las manos en los hombros.
- Tenes que seguir con tu vida, Liz. No podes estar todo el tiempo preocupada, basta, es de verdad -estaba seria, así que me preocupé-.
- Per…
- ¡No! No, no, no. Disculpate con vos misma… Eso tenes que hacer. Estuviste tratándote verdaderamente mal.
Me pregunté si había estado tan insoportable últimamente, pero supuse la respuesta, así que no tuve que expresarlo con palabras.
- Quiero que termine esta fiesta, Jane, ¿podría irme?
- No, no voy a dejar que te vayas sola a estas horas de la noche, no quiero sonar como tu mamá, pero no podes irte sola ahora.
- Es que… ¡no aguanto más esto! Debo de estar poniéndome realmente molesta, pero no puedo más. Temo por todos. Tengo miedo de dañar a las personas.
- ¿Queres que vayamos a tu casa de vuelta? ¿Queres que volvamos?
- No, no, gracias. No te puedo raptar así, vos queres estar acá, no estaría bien.
- Pero si queres…
- No, no quiero. Quedémonos. Vamos a bailar. Pero hagamos algo, porque me deprimo.
Me miró con cara de duda, pero la convicción que demostraban mis ojos (supongo que fue eso) hizo que aceptara.
- Bailemos, entonces.
- Pero la música sigue siendo lenta…
- ¡Bailemos entre nosotras! -reí-
Entonces nos agarramos de los hombros y empezamos a bailar a las carcajadas.
- Van a pensar que… -empezó a decir-
En eso se acerca un chico. Me miraba a mi. Oh, no.
- ¿Bailas? -me preguntó-
Vi que trataba de no reírse. Supuse que había visto nuestra función. Me sonrojé.
Justo ahí me fijé que ese chico era el que estaba con un chico de remera verde oscuro que le había gustado a Jane… aunque no había dicho nada.
Ella estaba con Jack… pero él no iba a enterarse de nada, ¿no?
- Claro, pero…
- ¿Qué?
- ¿Le podes decir a tu amigo de camiseta verde que venga a bailar con ella?
Señalé a Jane y ella se puso… rosa, claro. Sí, supongo que en su caso, eso era una especie de sonroje.
- Por supuesto, él quería venir y le daba vergüenza… -rió entre dientes- ¡¡Nat!! -llamó mi chico al de remara verde-
Del otro lado del patio Nat se sonrojó.
- ¿Vamos?
- Dale.
Fuimos a bailar al centro de la pista, con todas las otras parejas.
Mi compañero bailaba realmente mal, como yo, pero noté que hacía su mejor esfuerzo.
- ¿Cómo te llamas?
- Elizabeth…, Liz. ¿Y vos?
- Stephen.
Bailamos (o más bien tropezamos) en silencio un rato más.
- Oops… -dije cuando lo pisé-
- Somos un desastre -suspiró frustrado y divertido a la vez-.
- ¿Sí, no?
- Bueno; no nacimos para bailar y punto.
- Exacto.
Reímos. Y se sentía raro sentirse tan bien.
Pero no podía añadir otro chico a mi lista de (dos) pretendientes.
Tampoco es que tuviera mil, ¿no…?
- ¿Tenes novia? -noté que no era su pregunta preferida por el malestar de su cara- Entendí; no es de mi incumbencia -sonreí, mostrándole que no me había enojado-.
- No… no es eso… Es que…
- ¿Qué pasa? -ahora estaba preocupada-
No es tu problema, Liz, no te metas, me decía por dentro.
Desde que soy muy chica me interesa la vida de otras personas. Y mucho. Pero no es por chismosa, o algo así. Simplemente (mi versión es que es por la tensión que hay en casa) no soporto ver a alguien mal, o deprimido. Entonces empiezo a preguntar y no hay quien me pare.
-Es que… anduve con muchos problemas últimamente, ya sabes… bueno… me engañaron -trató de sonreír sin ningún éxito-. ¿Y vos?Ahora yo mostré expresión dolida, y él frunció el ceño.
- ¿Qué pasa? No es de mi incumbencia, lo sé -intentó hacerme sonreír…-.
…y lo logró. Sorpresa, sorpresa.
Esto no podía estar pasándome. Aparece un chico que me gusta (uno más) y acaban de romperle el corazón. Increíble.
Y aun así, era más feliz que yo.

Capitulo 56, adelanto.

- Es que… dame una mano… ayudame… No sé a cuál elegir… -sentí que mis ojos se llenaban de lagrimas y las contuve, en eso era experta, lo hacía desde chiquita-
- No, no llores -parecía como una súplica-.
- No lo haré -creo que me lo dije a mi misma-.
- Creo que tendrías que… -pensó- escuchar a tu…
- No, gracias, pero prefiero que no termines esa frase.
- Pero es lo que tenes que hacer -casi la interrumpo, pero me paró-, no me interrumpas. Sí, sé que no es fácil.
- ¿Cómo puedo hacerlo? ¡Estoy mareada! -me quejé otra vez con lagrimas-
Apartó la vista de mi, y supuse que no le gustaba ver llorar a las personas.
A mi tampoco.

- Que linda noche -dijo cuando atravesamos la puerta-.
Hacía frío. Me recorrió un estremecimiento.
- Sí. Muy hermosa… ¿Conseguiste el número de Nat, no?
Se sonrojó.
- Sí, pero decidimos ser solo amigos. Quiero muchísimo a Jack…
- ¡Me había olvidado de él!- Pero yo no -dijo tristemente-. Estuve pensando en él toda la fiesta.
- Realmente te preocupa, ¿no?
- Así es.

Capitulo 54. Ella se sentía como en las nubes... no yo.

Hoy me siento buena, y la verdad que hace mucho no escribo nada, así que... creo que se merecen dos capítulos por hoy. No se acostumbren ;)
May-emosa, de nada, cualquier otra duda que tengas preguntame que con gusto te responderé.

Capitulo 54
Ella se sentía como en las nubes… no yo.

Noté en su cara, que de verdad pasaría algo si me lo decía.
- Pero… ¿Decís que le va a doler? ¿O que te va a hacer algo?
- No, claro que no me va a hacer nada -como de costumbre, yo había intentado transformar una conversación común y corriente en un policial, con espías y misterio-. Pero… con el hecho de que solo le duela, me parece lo suficientemente mal.
- Entonces, no importa -sinceramente sí importaba, pero… no me gusta que las personas se sientan presionadas o incómodas por mi-.
En su interior, se debatía.
- Es que…
En eso llegaron las chicas, y, por supuesto, aunque Jane había seguido fiel a su novio, Caitlin venía con un chico (que tenía los ojos desorbitados porque ella lo había elegido, aunque era lindo).
Claro que un gran porcentaje de los chicos que estaban allí nos miraban.
¿Cómo ignorar a esas dos chicas?
No es que Anne fuera fea, para nada, pero cualquier persona se vería un poco opaca al estar al lado de esas dos bellezas. Ni me quise imaginar yo. Pero fue inevitable, y el pensamiento me dolió un poco. Anne parecía divertida, Jane alegre como de costumbre y Caitlin también parecía muy divertida. El chico estaba simplemente embobado, claro. Pero vi de reojo que otro chico (uno que había estado solo, sentado en un banco toda la noche) miraba a Anne de una forma que supuse que trató de ser disimulada. Pero no lo fue, en absoluto. Por alguna razón siempre supe (o creí) que los chicos no sabían disimular.
Intenté ignorar el hecho de que parecía ser la única en la que nadie estaba interesada. Porque me estaba divirtiendo, realmente lo estaba haciendo.
- Chicas, ¿vamos a bailar? -pregunté, y entonces el chico pareció reparar en mi, hasta entonces invisible a sus ojos. Pareció gustarle lo que vio y eso me subió el autoestima- Estoy un poco aburrida.
- Yo me quedo -sonrió Caitlin-.
- Yo voy con vos, Liz -dijo Jane-. ¿Y vos, Anne?
- ¿Eh…? ¿Qué… decían? -estaba demasiado concentrada mirando al chico del banco como para prestarnos atención- Yo voy con ustedes -asintió-.
Las tres entramos y nos pusimos a bailar al ritmo de la música (que en realidad era bastante mala) que sonaba.
Jane bailaba relativamente bien, aunque no era su mayor talento, yo con mis dos pies izquierdos no hacía mucho y Anne no se animaba a moverse demasiado.
- Chicas, estoy no es muy divertido en realidad -comentó Jane-. Si ninguna va a ir a buscarse un chico para bailar, esto va a ser aburrido.
Anne se sonrojó, y aunque Jane no se dio cuenta, yo capté perfectamente que ella quería a un chico en especial, pero no se animaba a ir por él.
- Anne… -le sonreí- Tenes que ir con él. Ya mismo. Él te estaba mirando no vas a poder esquivarlo toda la vida.
- Lo sé… -suspiró-
- ¿Te gusta uno? -Jane miró alrededor- ¿Cuál?
- Está afuera -se sonrojó-.
- Vamos a buscarlo -sonrió animada-.
- ¡No!
- ¿Por qué?
- Me da vergüenza. Dejalo como está, Jane, gracias pero no.
- No podes seguir siempre así, acá sentada. Si vos no venís, es probable que él tampoco venga.
- Pero tal vez…
Cambiaron la música a un lento deprimente, así que era más fácil hablar, pero se callaron porque llegó un chico con nosotras. No era especialmente lindo, tenía una remera de una banda de heavy metal y unos jeans rasgados.
- ¡Hola! -saludó Jane efusivamente-
- Ho… Hola. Eh… venía a decirte si… eh… vos, ¿queres bailar conmigo? -miraba a Anne directamente-
Entonces me di cuenta que era en el que ella se había fijado.
- Claro… -aceptó como en las nubes-
Se fue flotando con él y nos dedicó una sonrisa radiante desde su lugar, por arriba de su hombro.
Jane y yo estábamos completamente aburridas. Salimos al “patio”.
Caitlin y el chico habían entrado y estaban bailando.
Capitulo 55, adelanto.
- Bueno… hay muchas cosas que ahora no me ponen muy feliz…
- Como por ejemplo… -era una pregunta-
- …Justin y Jeydon, básicamente. Pero varias cosas más.
- Debí suponerlo.
- Sí…
Me puso las manos en los hombros.
- Tenes que seguir con tu vida, Liz. No podes estar todo el tiempo preocupada, basta, es de verdad -estaba seria, así que me preocupé-.
- Per…
- ¡No! No, no, no. Disculpate con vos misma… Eso tenes que hacer. Estuviste tratándote verdaderamente mal.
- ¿Cómo te llamas?
- Elizabeth…, Liz. ¿Y vos?
- Stephen.
Bailamos (o más bien tropezamos) en silencio un rato más.
- Oops… -dije cuando lo pisé-

jueves, 24 de febrero de 2011

Capitulo 53. Lo dudo, pero gracias.

Mary_emosa: A veces en los adelantos aparecen personas que en realidad Liz va a conocer en el próximo capítulo. Ya vas a entender, espero que este cap esté un poco mejor.
Beso, Pau..

Capitulo 53

Lo dudo, pero gracias.

Como Jeydon… y Justin. Y lamentablemente los dos ocupaban un espacio excesivamente grande como para saber cual era mayor. Jeydon era todo lo que una podría esperar en un chico, pero Justin también, aunque de una forma realmente distinta. Los dos, tan perfectamente imperfectos, tan humanamente inhumanos, tan… así. Uno de carácter fuerte, el otro no tanto. Uno que era como mi mejor amigo, otro no tan así. Pero sin embargo, supe que yo los hubiera amado aunque hubiesen tenido un ojo extra, porque estaban diseñados para mi. Porque eran todo lo que alguien como yo podía desear. Pero… ¿estaba bien quitarles la libertad, y no darles nada a cambio? Sabía cual era la respuesta, pero también (una parte bastante egoísta de mi cerebro) sabía que ellos habían elegido esperar. Yo los había dejado escapar, pero ellos me querían tanto como yo a ellos, y, la verdad, yo tampoco me hubiera rendido de estar en su lugar. Pero no era así. Los que estaban sufriendo eran los que no se lo merecían. Entonces fue cuando llegué a una conclusión; no iba a hacerlos esperar más. La solución tendría que aparecer en algun momento. Iba a dejar que me guíe mi corazón.

Jane se había llevado ropa, y aunque yo no la habría usado, a ella le quedaba fantástica. Vestía una remera turquesa cruzada y una pollera de jean blanco con tachas. Blanco sobre blanco. Le quedaba genial. Esta vez cedió a no ponerse pintalabios rojo sangre, pero no la pudimos convencer de que no se ponga delineador en exceso. Aun así, el look seguía liviano, y ella lo sabía llevar perfectamente. La alegría que emanaba era como un accesorio más.

- Te entiendo, cariño. Sé cómo duele, pero no te rindas -dijo cuando se fue More-.

- Uh. ¿Fui tan obvia?

- Mmm… sí. Pero no quisimos interrumpir tu discusión mental. Me siento mal por vos. Si hoy a la noche te sentís mal en algún momento, avisame. Lo vas a hacer bien. Vas a efectuar una decisión acertada.

- Lo dudo, pero gracias de todas formas.

Me dio un beso en la frente.

- Lo harás bien, te lo aseguro. No desconfíes de vos misma que eso empeora las cosas.

- Lo sé… -suspiré-

- ¡Es hora! -intentó alegrarme- Seguro que ya vienen las chicas.

Reí. Ella ya empleaba el término “las chicas”, pero ni siquiera las conocía. Seguro que se iban a hacer amigas rápidamente. La verdad es que no conocía mucho a Caitlin, pero sí lo suficiente como para darme cuenta de que era bastante sociable, como Jane.

Tocaron el timbre.

Obviamente, eran ellas. Bajamos las escaleras rápidamente. Caitlin estaba reluciente, sin dudas. Se había puesto un short batik y una remera strapless suelta blanca con unos dibujos árabes bordados con unos hilos negros. Reluciente. Tenía su pelo largo castaño suelto y unas botas beiges largas hasta las rodillas. Eso me hizo sentir que yo iba demasiado elegante. Probablemente era así. Entonces miré a la morocha que estaba parada a su lado. Tenía la piel tan blanca que hacía que su pelo negro se viera más negro y sus labios rojos más rojos. Su pelo era corto a diferencia del nuestro. Llevaba un corte tipo bob que le quedaba muy bien. Algo medio rockero. Tenía medias de red negras, y un vestido negro ajustado. Sobre eso llevaba una campera de jean que me hizo sentir todavía más fuera de lugar.

Pedí que me dieran 10 minutos que tenía que ir al baño y me puse rápidamente mi short de jean gastado, una musculosa negra de puntos blancos que también tenía el hombro caído y era algo corta (a propósito) que me había regalado mi mamá, y eso hacía que se me viera un poco de piel. Un poco más de piel. Con eso me puse mis botas negras que estaban de moda, pero me parecían horrendas.

Lo que es moda no incomoda. Reí inconscientemente; ese pensamiento no podía haber salido de mi cabeza.

Bajé rápido las escaleras.

- Hola, chicas. Ya volví.

- Sí, lo notamos -dijo Cait y reímos todas-.

- ¿Por qué te cambiaste? -preguntó Jane- Estabas tan linda…

- Sí, pero demasiado formal. Quería ir un poco más... juvenil.

Resopló, pero 10 minutos después su humor volvía a estar de 10.

- Aunque… debo admitir que elegiste muy bien el vestuario…

- Cierto. Te ves genial.

- Gracias -me sonrojé-. Vayámonos.

Salimos y fuimos hacia la fiesta riendo animadamente. Jane y Caitlin eran muy graciosas por separado, ¡pero juntas! Mucho más.

Anne reía y sonreía de vez en cuando, pero vi que su mente no estaba allí. Decidí preguntarle por eso cuando quedáramos a solas.

Eso no pasó mucho tiempo después, porque Jane y Cait se fueron enseguida a buscar a un chico para Caitlin. ¡Esas chicas!

Entonces, me quedé sola con Anne y me pareció un buen momento para preguntarle.

- Anne…

Pareció salir de un trance.

- ¿Qué pasa? -preguntó con su voz dulce-

- Es que… bueno… estoy un poco preocupada.

- ¿Por lo de tu novio? -vio mi cara de sorpresa, así que agregó-: Bueno, Caitlin me contó algo… como para que no te lo mencione -se puso colorada-. No lo conozco a él, y a vos mucho tampoco, pero… todo va a estar bien. No te preocupes.

- No, no por eso… es que… vos… -suspiré- Creo que te pasa algo, y quiero saber si puedo ayudarte. Si no me queres contar, está todo bien, recién nos conocemos, te entendería perfectamente, pero…

- Sí, ya sé. Nunca se me dio bien actuar -sonrió, y yo también, pero todavía no se la veía feliz-. ¿Vos crees que Jane y Cait…?

- No te preocupes, no creo que ellas se hayan enterado de nada.

Me sonrió un poco más, y se la veía un poco mejor.

- Si no queres decirme no pasa nada.

- No, no es eso.

- ¿Entonces…?

- Creo que Caitlin se va a enojar si te digo. No, peor; creo que le va a doler.

- ¡Oh, vamos! -reí nerviosamente- No creo que Caitlin se enoje porque le digas algo a una amiga…

- Sí, pero… es que no es porque se lo diga a una amiga cualquiera… es porque te lo diga a vos… perdón.


Capitulo 54, adelanto.

- Pero… ¿Decís que le va a doler? ¿O que te va a hacer algo?

- No, claro que no me va a hacer nada -como de costumbre, yo había intentado transformar una conversación común y corriente en un policial, con espías y misterio-. Pero… con el hecho de que solo le duela, me parece lo suficientemente mal.

- Entonces, no importa -sinceramente sí importaba, pero… no me gusta que las personas se sientan presionadas o incómodas por mi-.

En su interior, se debatía.

- Es que…


- ¡Hola! -saludó Jane efusivamente-

- Ho… Hola. Eh… venía a decirte si… eh… vos, ¿queres bailar conmigo? -miraba a Anne directamente-

Entonces me di cuenta que era en el que ella se había fijado.

- Claro… -aceptó como en las nubes-



martes, 22 de febrero de 2011

Capitulo 52. Y... tuve que admitirlo; lindo vestido.

Perdón por el cap. aburrido, chicas.

Capitulo 52
Y… tuve que admitirlo; lindo vestido…

Fuimos a mi cuarto.
- ¡Hola! -saludó Jane alegremente-
- Hola… -saludó More, también muy contenta- Y… ¿Adónde van a ir?
- A una fiesta solo de chicas.
- Oh. Genial.
- Sí -afirmé-. Eso sí. Pero no me quiero arreglar. No va a haber chicos, no hace falta.
- Ay, Lizzie -More suspiró-. No es por los chicos que una se arregla, es por vos misma que lo haces. Es para estar linda y sentirte linda -puso los ojos en blanco, ante la ingenuidad de su hermana mayor-.
Vi que Jane se quedaba boquiabierta un par de minutos antes de sonreír ampliamente.
- Exacto -me miró triunfante-.
- Entonces, si no lo hago por nadie (y mucho menos por mi, claro), ¿por qué lo estoy haciendo?
- Basta. Te vas a arreglar y punto.
Jane estaba firme, y pensé que lo mejor sería complacerla.
- Vamos, “háganme estar linda y sentir linda”.
More pegó un gritito de emoción y Jane aplaudió saltando.
- ¡Wii! -festejó Jane- Bueno… empecemos. Primero tenemos que elegir la ropa, después vemos el resto.
- Ok.
More se sentó en la cama y Jane revisó mi placard.
- ¡¡Ya sé!! -chilló Morena sobresaltándonos hasta tal punto que me caí de la cama y Jane se golpeó la pierna con la puerta del placard- Oops… perdón, no quería asustarlas. Es que ya sé que podrías usar. Tengo una fantástica idea.
- ¿Qué me vas a hacer ponerme?
Repasé toda mi ropa mentalmente, pensando en algo que le pudiera haber llamado la atención a mi hermanita. No se me ocurrió nada.
- ¿Qué pensaste? -preguntó Jane entusiasmada-
- Eh… es algo de mamá. Ustedes son como del mismo tamaño, ¿no? Bueno, cuando yo la ayudaba a mamá a arreglarse (debo aclarar que ella estaba mucho más comprometida que vos, y ayudaba bastante), siempre amé un vestido blanco y negro. Creo que te quedaría perfecto. Podría hasta gustarte -noté que a partir de ahí dejó de hablar para nosotras y empezó a “reflexionar”-. Es algo corto, pero tal vez esté bien. Hay que ver si es de su tamaño, pero supongo que sí. Podría atarle el pelo en un rodete, ¡o mejor!, planchárselo. Wow. Quedaría fabuloso. Y los labios de rojo, obviamente…
Pronto despertó.
Jane la miraba casi babeando.
- Eso estaría perfecto, por lo que entendí.
- Voy a buscarlo.
- Pero… ¿y mamá?
- Salió con papá. Dijeron que querían hablar a solas un poco. Que tenían que “discutir un par de cosas”.
- Oh. Bueno.
Eso me asustó un poco. Pero intenté olvidarlo.
More se fue y 5 minutos después volvió sonriente con un vestido.
- ¡Dios mío! -gritó Jane- Es perfecto. Simplemente perfecto. Que idea tan genial.
More sonrió.
- Lo sé. Es espectacular.
- Sí, es… lindo -dije-.
- Definitivamente tiene que ser perfecto para que ella elogie a un vestido.
No sé si perfecto, pero sí lindo.
Era muy corto, pero me alegré de que nada escotado. Era muy apretado hasta por abajo del busto, negro, y por arriba era blanco con puntos negros, más suelto. Lo único que no había terminado de gustarme era el hombro caído. Pero era… pasable.
Además, quería complacer a las chicas. Si esa tontería las hacía feliz…
- Acepto.
Entre las dos me pusieron el vestido, me hicieron un prolijo rodete y me maquillaron. Mientras hablaban animadamente sobre ropa. Pero no les presté atención, tenía cosas más importantes en mente.
Capitulo 52, adelanto.
- Te entiendo, cariño. Sé cómo duele, pero no te rindas -dijo cuando se fue More-.
- Uh. ¿Fui tan obvia?
- Mmm… sí. Pero no quisimos interrumpir tu discusión mental. Me siento mal por vos. Si hoy a la noche te sentís mal en algún momento, avisame. Lo vas a hacer bien. Vas a efectuar una decisión acertada.
- Lo dudo, pero gracias de todas formas.

- Anne…
Pareció salir de un trance.
- ¿Qué pasa? -preguntó con su voz dulce-
- Es que… bueno… estoy un poco preocupada.
- ¿Por lo de tu novio? -vio mi cara de sorpresa, así que agregó-: Bueno, Caitlin me contó algo… como para que no te lo mencione -se puso colorada-. No lo conozco a él, y a vos mucho tampoco, pero… todo va a estar bien. No te preocupes.
- No, no por eso… es que… vos… -suspiré- Creo que te pasa algo, y quiero saber si puedo ayudarte. Si no me queres contar, está todo bien, recién nos conocemos, te entendería perfectamente, pero…

viernes, 18 de febrero de 2011

Capitulo 51. En las buenas y las malas. Las declaro mejores amigas.

Wow, sabía que eran geniales, pero superan mis expectativas.
Gracias chicas n.n
Capitulo 51
En las buenas y las malas. Las declaro mejores amigas.

Desperté con un fuerte mareo. Toda transpirada y con la boca tensa. No recordaba mucho de lo que había soñado, pero las imágenes que me quedaban no eran nada lindas.
Me estiré y sacudí la cabeza, intentando que esa imagen de mi madre llorando se borre. Esa noche iba a pasarlo bien. Eso había decidido.
Para borrarme definitivamente todo lo que me había quedado de ese sueño, decidí ir a bañarme. Primero miré el reloj… 8:30.
Tenía media hora para que llegue Jane así nos arreglábamos juntas. Media hora.
Entré al baño y prendí la ducha, esperé a que el agua se ponga más caliente mientras me desvestía.
Cuando terminé, puse la mano bajo el agua para ver si estaba lo suficientemente caliente. Perfecta.
Cuando metí todo mi cuerpo en la ducha, me recorrió un estremecimiento. Tenía frío, pero no me había dado cuenta. Cerré los ojos y disfruté de cómo el agua caliente caía en mi piel. Era una sensación hermosa, pero… duró poco. Pronto recordé que solo disponía de media hora, lo que era poco si pensaba peinarme el pelo antes de que se me seque.
Cuando terminé de bañarme, volví a estremecerme. Qué frío.
Justo entonces sonó el timbre. Baje las escaleras corriendo en mi querida bata blanca, rogando que en la calle no hubiera nadie. O por lo menos ningun chico.
Por supuesto, la suerte no se puso de mi lado. Por la calle pasaban un gran grupo de chicos. Un par me silbaron y hubo uno -que me llamó la atención especialmente- que parecía avergonzado por el comportamiento de sus amigos.
- Hello Kitty -me saludó con un beso en el cachete. Supuse que por el dibujo de Kitty que tenía mi bata-.
- Hello… Jane. ¿Cómo estar vos?
Me miró sin comprender.
- Por Tarzán, tonta. La novia de Tarzán se llamaba Jane.
- Ohh. Mal chiste -rió-.
- ¿Y el tuyo? -le dirigí una gran sonrisa, que terminó convirtiéndose en una risita- Bueno, preferiría no seguir parada en la calle semidesnuda. ¿Entramos?
- Eh, sí, eso estaría bien.
Subimos a mi cuarto y nos sentamos en mi cama. Aunque intenté que no, mi expresión me delató.
- Jey te mató, ¿no?
- ¿A vos también te contó? -sí, tuve que admitir que eso no me había molestado-
- No. Bueno… más o menos. Se lo contó a Jack -aclaró, y cuando dijo su nombre frunció el ceño-, y a él le caes muy bien. Más que un 90% de las otras novias de Jeydon -rió-. Entonces la noticia le hizo mal, y estaba medio decaído, aunque también otro tanto confundido. Dice que no entiende la razón por la cual deja a la chica que quiere. Pero… el amor es irracional, ¿no? -sonrió, pero no la vi contenta. Eso me alarmó. Jane era la chica más feliz que había conocido jamás- Y noté su… tristeza y le pregunté qué pasaba. Dio un par de vueltas antes de contarme, diciendo que no estaba bien, pero al final sí lo hizo.
- ¿Por qué te duele decir su nombre? -pregunté, directa-
- Oh. Lo notaste. Eso temía -sonrió, pero la alegría tampoco le llegó a los ojos esta vez-. Es que… está raro. No habla. Solo se limita a asentir. Me asusta. No se me ocurre que puede estar pasándole. Además, parece estar todo el tiempo en su nube, concentrado en otra cosa. ¿Será que lo aburrí? Tal vez no me quiere más…
- Puedo intentar hablar con él, si eso te hace sentir mejor.
- No, no, estoy perfectamente. Pero me preocupa que él no y que siga conmigo por simple compromiso.
- No lo creo. Jack simplemente no es ese tipo de persona. No lo es.
- Gracias…
Me abrazó, y empezó a sollozar.
- Y ahora también te voy a aburrir a vos… porque… ¿quién quiere ser amiga de una chica que se la pasa llorando? No soy más que una cara bonita. Eso es lo que llama la atención de mi. Bueno… eso y… y… ya sabes. Pero llega un momento en el que te das cuenta de eso, y ya no queres estar con personas como yo, aburridas. Liz, no siempre estoy sonriente, ni feliz, ni de buen humor.
- Y para eso estamos las amigas, ¿no? para apoyar a la otra cuando no está “sonriente, ni feliz, ni de buen humor”, Jane, te adoro. Y no pretendo que siempre andes sonriendo. Cuando estes mal, me lo podes contar.
- Gracias. Mil gracias.
- ¡No, si para eso estoy yo!
Nos separamos y vi como se le escapaba una sonrisa. La imagen era como el cielo soleado después de una gran tempestad. No se le había corrido el maquillaje, porque no tenía puesto. Pero los bordes de lo ojos estaban rojos y le habían quedado las marcas de las lagrimas en la cara, aunque tenía una gran, gran sonrisa. Una especie de arcoiris.
- Bueno -su sonrisa se ensanchó hasta lo imposible-, ahora, llegó la hora de que nos preparemos, aunque no te guste.
Gemí un poquito y ella rió.
- Odio tener que arreglarme.
- ¿Vamos a ir a una fiesta en la que te vas a olvidar de tus chicos conociendo a otros, y vos pretendes ir de cualquier forma?
- Eh… -estaba por contestar, pero me interrumpió-
- No si vas a querer acercarte a mi. No quiero estar con una chica desarreglada.
- Está bien… No me acerco a vos durante la fiesta, entendido.
- Pero…
Reímos.
- Vamos, no molestes y dejame hacer mi trabajo.
- Puedo llamar a More para consultarle. Es fanática de la moda. Le va a encantar que le consultemos.
- Llamala entonces.
Jane estaba al tanto de todo. Incluso de la separación. Ya le había podido contar.
Por supuesto, no desaprovechó la oportunidad de conocer a una persona nueva. Ella no la desaprovecharía ni aunque esa persona fuese varios años menor. ¡Y si le gustaba la moda tanto como a ella…! Ni hablar.
Cuando le dije la palabra “moda”, More dijo que sí inmediatamente. Creo que ni escuchó el resto.
Capitulo 52, adelanto.
- Pero… ¿y mamá?
- Salió con papá. Dijeron que querían hablar a solas un poco. Que tenían que “discutir un par de cosas”.
- Oh. Bueno.
Eso me asustó un poco. Pero intenté olvidarlo.
More se fue y 5 minutos después volvió sonriente con un vestido.
- ¡Dios mío! -gritó Jane- Es perfecto. Simplemente perfecto. Que idea tan genial.
More sonrió.
- Lo sé. Es espectacular.
- Sí, es… lindo -dije-.
- Definitivamente tiene que ser perfecto para que ella elogie a un vestido.
No sé si perfecto, pero sí lindo.

jueves, 17 de febrero de 2011

Capitulo 50. Sin órdenes, mi general.

Malas noticias, y por favor no me odien.
No es mi culpa que la primaria se termine, ni que el Curso de Ingreso sea largo y difícil, pero sí vamos a pagar todas nosotras por ello.
Es importante para mi entrar a esta secundaria, y para eso voy a necesitar que mi mente se enfoque en eso, así que probablemente... no suba la segunda parte que dije que iba a subir, de la perspectiva de Jane, estoy dejando posiblemente canto y natación para hacer esto bien, así que no puedo dejar que el blog me lo arruine, es importante para mi, repito.
Puede que la segunda parte la suba, sí, pero no este año. O por lo menos no en los próximos meses.
Perdónenme, por favor. Para mi tampoco fue una decisión fácil.

Capitulo 50

Sin órdenes, mi general.

Me desperté con el sonido de mi celular sonando.

Cuando me quería levantar para ir a atenderlo, me di cuenta que mi novio (o ex, la verdad es que no estaba del todo segura) me tenía en brazos. Ohh. Claro. Me había quedado dormida así. Que lindo… y cómodo.

Intenté liberarme de sus brazos sin despertarlo. Cuando pude, corrí a atenderlo.

- ¿Hola?

- Hola, Liz. Soy Caitlin. En serio quería seguir en contacto con vos, no era ninguna broma.

- Oh, yo también quería.

- Sí… eh… Jey me contó que planeaba terminar con vos porque te gustaba otro chico, no me quiso decir quien -su directa declaración estuvo entre sorprenderme y fastidiarme-

- Ah. Te contó.

- Sí… -silencio incómodo- Entonces, te quería invitar a una fiesta de chicas solteras. Solo chicas. Para conocer a otros chicos.

- ¿Y… Justin?

- Bueno… con él decidimos tomarnos un tiempo. No terminar, pero tomarnos un tiempo.

- Lo lamento… -dije-

- Yo no lo lamento, fui la de la decisión principalmente. Él me dijo que también iba a decirme eso, pero que le gané de mano. Es que sucedió algo que me hizo cambiar de opinión, darme cuenta de unas cosas.

No me pareció educado preguntar qué había sido, aunque ella me estaba invitando a que lo haga.

- Ah…

- Bueno… entonces, ¿queres?

- Primero tengo que hablar con Jeydon. Después te llamo, ¿ok?

- Ok. Ah, pero, si es que venis, te aviso que tenes que invitar a una amiga. Yo invité a Anne. Vos habías mencionado algo sobre tu mejor amiga… Jay, Jane, Jess. Algo así. Me acuerdo que era con J.

- Sí, sí. Jane. Ella… tiene novio, pero vemos, si yo voy, hoy te llamo para confirmar y la invito, y si no voy, no.

- Bueno… un beso, chau.

- Chau.

Corté. La verdad, me había molestado que Jeydon le hubiera contado eso. Eran nuestras cosas de pareja. Yo no le había contado nada a nadie.

Dejé mi celular sobre la mesa. Y me volví a acostar al lado de Jeydon. Le di la mano. Él seguía dormido.

- Como te quiero… sos increíble. No sabes lo que daría porque sigamos juntos aunque no sea lo correcto. Con vos me siento tan bien. Aunque no me creas.

Hundí mi cabeza en su pecho.

Me dieron un beso en la coronilla.

- Buenos días -le dije-. ¿Escuchaste todo lo anterior?

- Gran parte -sonrió-. Por cierto, sí te creo. Solo digo que ojalá todo lo que me queres fuera suficiente como para que no lo quieras a él también. Ah… y yo también te quiero.

- Entonces no termines conmigo -murmuré-.

- Ya sabes que no lo hago porque no te quiera. Ya te dije mis motivos, solo quiero facilitarte las cosas.

- Lo sé, perdón. Entonces somos… ¿amigos? -mascullé la palabra disgustada-

- Así parece.

Le di un beso en los labios.

- ¿Y eso, amiga?

- Beso de despedida, amigo.

- Oh…

- Eso significa que… puedo ir a la fiesta que me invitó Caitlin.

- Sí, pero ni se te ocurra acercarte a… -puse un dedo sobre sus labios-

- Ahora soy libre, sin órdenes, mi general.

- Eso no es justo.

- Nunca dije que iba a serlo -me defendí-.

Sonrió.

- Bueno… tengo que llamar a Jane. Y a Cait.

- ¿Pero ella no estaba con Justin?
- Se tomaron un tiempo.

- Ah. Como nosotros.

- Exactamente.

Agarré mi celular y le mandé a Caitlin un mensaje; Confirmado. ¿Nos pasas a buscar a Jane y a mi? ¿Podes? Estaba segura de que Jane iba a decir que sí, Jane se prendía en todas.

- Janie…

- ¿Sí, Lizzie?

- Te quería invitar hoy a una fiesta de chicas solteras, ¿te copas?

- Obvio. Pero no soy soltera -rió-.

- Ah, eso no importa. Nos pasa a buscar Caitlin, otra amiga, por mi casa. Vení y nos arreglamos juntas, ¿dale?

- Genial.

- Nos vemos, chau -saludé-.

- Chau…

Corté y me giré hacia Jeydon.

- ¿Tenes hambre? ¿Queres comer algo?

- No, no. Yo ya tengo que volver a mi casa. Mis hermanos se van a preocupar si no vuelvo, aunque mis padres no se den cuenta.

- Oh, ok -me dolió un poco su rechazo, para ser sincera-.

Nos despedimos y se fue.

A los diez minutos me llegó mensaje de Cait: Esperenme en tu casa a las 10:30, pasame la dirección. En mi siguiente mensaje le mande la dirección de mi casa y un simple “ok, nos vemos”. Después de decirle a Jane que venga a las 9:00, me acosté en la cama y me dormí.

Capitulo 51, adelanto.

- ¿Por qué te duele decir su nombre? -pregunté, directa-

- Oh. Lo notaste. Eso temía -sonrió, pero la alegría tampoco le llegó a los ojos esta vez-. Es que… está raro. No habla. Solo se limita a asentir. Me asusta. No se me ocurre que puede estar pasándole. Además, parece estar todo el tiempo en su nube, concentrado en otra cosa. ¿Será que lo aburrí? Tal vez no me quiere más…

- Puedo intentar hablar con él, si eso te hace sentir mejor.

- No, no, estoy perfectamente. Pero me preocupa que él no y que siga conmigo por simple compromiso.


- Bueno -su sonrisa se ensanchó hasta lo imposible-, ahora, llegó la hora de que nos preparemos, aunque no te guste.

Gemí un poquito y ella rió.

- Odio tener que arreglarme.

- ¿Vamos a ir a una fiesta en la que te vas a olvidar de tus chicos conociendo a otros, y vos pretendes ir de cualquier forma?

- Eh… -estaba por contestar, pero me interrumpió-

- No si vas a querer acercarte a mi. No quiero estar con una chica desarreglada.

- Está bien… No me acerco a vos durante la fiesta, entendido.

- Pero…

Reímos.